El Centro de Prensa y Comunicación de la Federación de Comunidades Judías de España recuerda este martes una efeméride clave para la posterior creación del Estado de Israel. En 1909 un grupo de judíos rusos se instala en lo que entonces era Palestina huyendo de la miseria, las persecuciones y matanzas a las que periódicamente se veía abocada su comunidad. Al año siguiente, en 1910, estos diez hombres y dos mujeres construyen la primera sociedad agraria basada en la cooperación y la fraternidad y donde la propiedad privada no existe. Había nacido Dgania, el primer kibutz.
La Federación de Comunidades Judías de España explica en un comunicado que el kibutz es una forma de organización social y económica puesta en marcha por jóvenes judíos europeos con ideales socialistas, laicos y el objetivo de volver a la tierra como medio de subsistencia. En Europa tenían prohibidos los oficios agrícolas para impedir que crearan vínculos con la zona donde vivían. Los kibutz prosperaron en Israel gracias a la compra de parcelas cuyos dueños habitaban en otros países. A menudo el apoyo económico lo ofrecía la Organización Sionista Mundial.
Entre 1920 y 1939, cuando la Sociedad de Naciones encarga a Gran Bretaña el mandato de Palestina para formar un Estado judío y otro árabe, los kibutz constituyeron la avanzadilla. Y si bien al estallar la Segunda Guerra Mundial, el gobierno británico puso severas restricciones al ingreso de judíos, un número importante logró hacerlo en forma clandestina.
Los principios fueron durísimos, con jornadas de trabajo de 12 horas, sin apenas agua, con epidemias, con una tierra desolada y descuidada durante siglos y sin medios para cultivar. Pero el entusiasmo pudo con todas las dificultades y el kibutz logró reverdecer el desierto.
El funcionamiento es simple: es una democracia directa. Una asamblea de todos sus miembros formula la política, elige los funcionarios, autoriza el presupuesto y aprueba la admisión de nuevos miembros. Sirve no sólo como ente de toma de decisiones sino también como foro en el que los miembros pueden expresar sus opiniones y puntos de
vista.
El sistema socioeconómico tiene como principal pilar la propiedad conjunta de los bienes, la igualdad y la cooperación en la producción, el consumo y la educación. El lema: "cada uno da conforme a sus posibilidades, cada uno recibe conforme a sus necesidades".En estos cien años, el movimiento ha evolucionado mucho. La mayoría de
kibutz se ha reconvertido en fábricas, centros de alta tecnología, piscifactorías, y centros de agricultura orgánica y de turismo. También han ido introduciendo la propiedad privada.
Hoy en día hay unos 270 kibutzim, que tienen entre 40 y mil miembros. Suponen alrededor del 2.5% de la población israelí (7.5 millones de personas).