LD (EFE) El jefe torturador del genocida régimen del Jemer Rojo, Kang Kek Iev, mejor conocido como "Duch", ha comparecido por segundo día consecutivo ante el tribunal que le juzga para defender que su detención ha sido ilegal porque contraviene la ley internacional y la camboyana, porque constituye una violación de los "derechos humanos".
La Fiscalía ha respondido al argumento del arrestado desde mayo de 1999, señalando que es obligación del tribunal que auspicia Naciones Unidas, mantener encarcelado a "Duch" al menos hasta que sea juzgado a mediados del año próximo, y para impedir que pueda huir del país. Durante la segunda vista de puertas abiertas, el titular, Robert Petit, solicitó al tribunal que desestime el recurso.
"Duch", director de la brigada especial encargada de interrogar a los detenidos en el centro de Tuol Sleng, en Phnom-Penh, es uno de los cinco destacados jemeres rojos que han sido acusados de crímenes contra la humanidad por el tribunal auspiciado por Naciones Unidas.
El torturador, que acudió a la vista con la misma ropa que llevó el día anterior, continuó mostrando una actitud tranquila y como ajena a lo que se decía o hacía en la sala del tribunal. Mientras, el fiscal Petit precisaba que además de existir el riesgo de que "Duch" escape de la justicia si se le concede la libertad, también debía ser tenida en cuenta su seguridad personal. "Hay cómplices que desean su silencio y familiares de víctimas que pueden buscar una venganza", dijo.
Entre los camboyanos que asistieron a la vista, estaba Chum Mey, una de las diez personas que sobrevivieron a las torturas practicadas en Tuol Sleng, y que escuchó en silencio la intervención del abogado de "Duch", de 66 años y convertido al cristianismo. os otros nueve supervivientes de la vieja escuela convertida en presidio y por la que pasaron entre catorce y diecisiete mil víctimas en menos de cuatro años, "se encuentran demasiado enfermas para asistir a la vista".