Así lo ha hecho saber a través de un comunicado en la página web de La Moncloa, donde "expresa su solidaridad con las víctimas [del 11-S] y su sentimiento de afecto al Gobierno y al pueblo de los Estados Unidos".
Y continúa: "Debe evitarse que esta fecha, en la que recordamos a las víctimas y que nos sirve de estímulo para seguir combatiendo con determinación el terrorismo, sea utilizada por quienes propagan las divisiones y el enfrentamiento para ofender los sentimientos y las convicciones más profundas de millones de personas".
Sobre el pastor de Florida, y su plan de la quema del Corán, el Gobierno asegura que: "Se suma a aquellos que condenan este plan, que es un ultraje contra quienes profesan la religión islámica y que supone también una provocación hacia quienes defendemos la libertad religiosa y de creencias y luchamos contra la intolerancia y la discriminación". Y añade el latiguillo ensalzador de Zapataero: "especialmente para aquellos países y organismos multilaterales que impulsamos la Alianza de Civilizaciones como medio para combatir la falta de respeto a religiones y creencias".
El Gobierno, que nunca se ha pronunciado sobre otras afrentas a la religión, como por ejemplo la quema de biblias, sí lo hace en este caso: "El Gobierno español confía en que las numerosas muestras de rechazo que esta iniciativa ha suscitado entre representantes religiosos de todas las confesiones, responsables políticos y movimientos sociales, disuadan a sus promotores de llevarla a cabo" concluye el comunicado.