Los venezolanos van despertando de su letargo, y están retirando su confianza a Hugo Chávez. Tal y como publicó Libertad Digital, los resultados arrojados por el Instituto Venezolano de Análisis de Datos (IVAD) evidencian este profundo descontento, que al calor de la deriva ecónomica y social del país se ha acrecentado en la última década.
El mandatario venezolano no podrá sostener su régimen con el único apoyo del 15,7% de la población, por lo que ha dado comienzo a la potente maquinaria represora que evite el varapalo.
Chávez se ha mostrado profundamente obsesionado por el asunto de las elecciones del próximo septiembre. En el último sermón de su Aló Presidente - amén del golpe de fuerza al grito de ¡Exprópiese!- los comicios fueron mencionados obsesivamente por el venezolano.
Para lograr resultados, apelar al miedo y amedrentar a la población siempre han sido sus máximas: "Imagínense ustedes que el próximo año se instalara una mayoría burguesa. Bueno, vendrían a tumbar al gobierno, ellos no van a venir a gobernar, no, ellos vendrían a tumbar al gobierno, a tratar de dar un golpe de estado tipo Honduras, a tratar de debilitar a la revolución, tratar de frenarla" postuló Chávez, informa La Jornada.
La intranquilidad que carcome al inventor del socialismo del siglo XXI tiene sólidos fundamentos. El próximo 26 de septiembre, en el actual estado de las cosas, perderá la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, ya que las encuestas otorgan el triunfo ala oposición en 23 circunscripciones, el 39% de la cámara.
Incluso este escenario, el más optimista para el chavismo, esta pérdida sería irrecuperable porque le impediría aprobar leyes de carácter orgánico. El diario El Universal recoge, en una clara infografía, los escenarios posibles que abren estos comicios. Y ninguna permitirá a Chávez mantener el índice actual de control que mantiene en la cámara.
La no concurrencia de la oposición a las anteriores elecciones configuró una cámara en la que el chavismo hace y deshace a su antojo. Pero el reto ahora se presenta en conseguir 110 diputados, dos tercios, único triunfo en el que le serviría para consumar su revolución, que en una década ha arruinado por completo a Venezuela.
La estrategia que está guiando los movimientos de Chávez no tiene nada que envidiar al cualquier manual totalitario de referencia. En primer lugar, fabricar un ambiente bélico y de oposición, en el que los venezolanos sientan que está en juego su misma supervivencia: "Deben elegir su bando" pronunció en su arenga del domingo.
En segundo, fomentar la sensación de inseguridad. Para ello llamó a las autoridades locales a crear milicias armadas, "formar soldados para la guerra de todo el pueblo" para defender la Revolución venezolana, por el miedo "inminente" a que ataque la burguesía. Decretó que las familias de escasos recursos, de las 184 comunas, deberán recibir adiestramiento militar para rechazar cualquier ataque. "Tenemos que prepararnos para defender palmo a palmo, milímetro a milímetro el territorio de esta Revolución" recoge la Agencia de Noticias Prensa Latina. La escalada militarista del Gobierno venezolano reviste estas amenazas de una peligrosidad demasiado real.
Las amenazas sobre el apocalipsis si llega el "enemigo" también son reiteradas. La obsesión enfermiza de Chávez con la "burguesía" es solo comparable a su discurso apocalíptico y antiestadounidense.
Y por último, la amenaza directa. Aquél que discrepe, será "eliminado". Así lo anunció el venezolano, que propuso una ley que castigue a los "traidores", aquellos aliados que lo han abandonado a causa de su deriva totalitaria, según Noticias 24 .Los venezolanos no lo tienen fácil. Por delante tienen siete meses en los que, además de las miserias a las que les ha condenado Chávez y la censura impuesta , tendrán que resistir un ambiente bélico, con una intensidad cada vez mayor.
Quizás las amenazas y la política del terror surtan efecto en algún sector, pero hasta cuando los círculos intelectualmente afines le han retirado su apoyo, parece complicado un repunte de su popularidad.
Los chavistas más afectos dan por agotado un modelo "falsamente obrero", como afirman desde sus foros anteriormente defensores: "La mentira de su discurso ahora se hace evidente" aseguran. De hecho, en esa eterna mentira que de un gobierno socialista, marxista, obrero y proletario.... Las protestas de obreras y populares son parte de la cotidaniedad de Venezuela .