Las fuerzas de la coalición han reanudado los bombardeos sobre objetivos en Libia con un "intenso fuego de aviación" sobre el centro de la capital, según ha informado un corresponsal de la agencia de noticias Reuters. Mientras, Al Yazira ha informado de que la defensa antiaérea de las fuerzas de Muamar al Gadafi ha empezado a disparar en Trípoli. La cadena de televisión agregó que los disparos han partido del palacio de Gadafi, Bab El Aziziya, y desde algún lugar del centro de la ciudad.
Otros medios de comunicación han confirmado de que parte de los ataques de la coalición han logrado destruir un edifico de cuatro plantas de este complejo residencial de Gadafi en la capital desde donde las fuerzas libias lanzan su ataque. Según diversas fuentes, este lugar estaría a sólo 50 metros de la tienda donde el dictador recibía a los mandatarios que ha recibido ahí en los últimos años.
Nuevo alto el fuego de Tripoli
Por otro lado, el gobierno libio anunció un nuevo alto el fuego en respuesta a una petición de la Unión Africana (UA) y de conformidad con la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, afirmó la cadena de televisión Al Arabiya. Citando a un portavoz de las fuerzas armadas fieles a Muamar el Gadafi, la cadena ha señalado que el alto el fuego comenzó este domingo a las 20:00 GMT.
El sábado, el comité de la UA se reunió en Nuakchott, la capital mauritana, desde donde hizo un llamamiento a un alto el fuego inmediato en Libia. "Como respuesta al comunicado publicado por el comité de la UA y a las resoluciones 1970 y 1973 de Naciones Unidas, el comandante de las fuerzas armadas ha dado las órdenes para un alto el fuego", declaró el portavoz. Este anuncio del gobierno de Trípoli se produce poco tiempo después de que los cañones antiaéreos de Gadafi hayan disparado desde el palacio del líder libio y desde el centro de la capital. Es la tercera vez en cuatro días que el régimen libio anuncia un alto el fuego, aunque las fuerzas aliadas le acusan de violarlo.
El pasado jueves, el ministerio libio de Defensa anunció que las fuerzas gubernamentales cesaban sus hostilidades para dar ocasión a los rebeldes de Bengasi de entregar las armas. La mañana del viernes, Trípoli anunció otro alto el fuego y 24 horas más tarde, el jefe de la diplomacia Moussa Koussa invitó a la ONU a enviar a Libia una misión de observación de esta medida.
Éxito de la operación
Después de la primera ofensiva aliada, EEUU celebró este domingo el éxito de la operación inicial contra Libia que logró imponer una zona de exclusión aérea en el país y proteger el bastión rebelde de Bengasi aunque admitió que Muamar el Gadafi podría mantener el poder. "La zona de exclusión aérea está de hecho en vigor", explicó este domingo el jefe del Estado Mayor Conjunto de EEUU, el almirante Mike Mullen, quien ofreció en declaraciones a los medios una primera valoración de la operación aliada "Odisea del amanecer".
EEUU, Francia y Gran Bretaña lanzaron este sábado una campaña de ataques aéreos contra los sistemas de defensa antiaérea libios con el fin de imponer la zona de exclusión aérea que contempla la resolución 1973 aprobada el jueves por el Consejo de Seguridad de la ONU".
Mullen aseguró que la operación inicial fue "muy efectiva" al destruir la mayor parte de las defensas antiaéreas del régimen libio y algunas bases aéreas. Además, las fuerzas aliadas establecieron patrullas de combate aéreo sobre Bengasi, lo que ha permitido, dijo Mullen, que las tropas leales a Gadafi ya no estén marchando sobre el bastión rebelde en la zona oriental del país.
Aun así, Mullen reconoció que "queda mucho por hacer" y aseguró que la campaña podría concluir con Gadafi en el poder. "Ese es ciertamente, potencialmente, un posible resultado", explicó el almirante, quien señaló que "con el tiempo, claramente, el coronel Gadafi tendrá que tomar algunas decisiones. Tendrá que hacer algunas elecciones sobre su propio futuro". Destacó que Gadafi está "más aislado que nunca" y recordó que su régimen afronta "duras sanciones". "Creo que a largo plazo veremos una presión cada vez mayor sobre él", insistió, para precisar, a continuación, que se siente incapaz de pronosticar el final político de esta operación. "En lo que estoy concentrado ahora a corto plazo es en la misión militar que me ha encargado el presidente Obama", subrayó.
Adelantó que el objetivo inmediato será ampliar las patrullas de combate aéreas hacia Trípoli e impedir así que las fuerzas de Gadafi sigan atacando a civiles inocentes. "Trataremos de cortar sus líneas logísticas", explicó el almirante, quien dijo que Gadafi tiene sus fuerzas bien desplegadas desde Trípoli hasta Bengasi. Aseguró que al haber destruido la mayor parte de las defensas anti-aéreas de Gadafi y algunas bases aéreas, los aliados tienen ahora margen de maniobra para atacar otros frentes como el sistema de comunicaciones del régimen de Gadafi. Recordó, en línea con lo señalado ayer por el Pentágono, que la de ayer es la primera fase de una operación "multifase" en una campaña "muy compleja".
Aseguró, por lo demás, que lo que permitiría que EEUU y sus aliados detengan sus ataques sería que Gadafi retire sus tropas, que deje de atacar a su población y que no interfiera "en modo alguno" con la entrega de ayuda humanitaria necesaria en estos momentos.