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Duro golpe para Obama tras el avance republicano en las elecciones de EEUU

Los republicanos asestaron un duro golpe al Partido Demócrata del presidente Barack Obama al ganar en las elecciones las gobernaciones de los estados de Virginia y Nueva Jersey. Además, en Nueva York, el independiente y millonario Michael Bloomberg consiguió un tercer mandato como alcalde.

Los republicanos asestaron un duro golpe al Partido Demócrata del presidente Barack Obama al ganar en las elecciones las gobernaciones de los estados de Virginia y Nueva Jersey. Además, en Nueva York, el independiente y millonario Michael Bloomberg consiguió un tercer mandato como alcalde.

En Nueva Jersey, el republicano Chris Christie venció en un disputado escrutinio al titular demócrata, John Corzine, con el 50% de los votos contra 44 de su rival. En Virginia, la victoria republicana fue mucho más clara y allí el conservador Bob McDonell confirmó lo que vaticinaban las encuestas y derrotó al demócrata Craig Deeds por una diferencia superior a los 10 puntos porcentuales. La victoria republicana en ese estado se hizo todavía más nítida al confirmarse que sus candidatos también habían ganado la vicegobernación, así como el cargo de fiscal general.

En Nueva York, el independiente y millonario Michael Bloomberg consiguió un tercer mandato como alcalde de la ciudad de los rascacielos. Bloomberg, quien gastó 100 millones de dólares en su campaña, fue declarado ganador de la contienda con el 51% de los votos contra el 46% de su rival, el demócrata William Thompson.

Tal y como lo habían previsto las encuestas, los republicanos consiguieron recuperar la Gobernación de Virginia y colocar al conservador McDonell al frente del estado tras ocho años de dominio demócrata. Virginia, que hace hoy un año votó mayoritariamente por el actual presidente de EEUU, dio la espalda a Deeds, que a pesar de haber contado con el respaldo de Obama y del Comité Nacional Demócrata no consiguió conectar con el electorado.

Durante la campaña, su rival republicano, considerado un "conservador muy conservador", evitó ahondar en asuntos sociales como el aborto y se concentró en la situación económica del estado, Una estrategia que indudablemente le dio buenos resultados. Deeds, por su parte, no logró sacudirse su sambenito de ser un político de izquierda en un estado tradicionalmente conservador.

Este martes se eligieron también legisladores en Nueva York y California para cubrir dos vacantes en el Congreso, así como alcaldes en Atlanta, Houston, Boston, Detroit, Pittsburgh. Además, Maine realizó un referéndum sobre la ley a favor del matrimonio homosexual aprobada en mayo y Ohio celebró una consulta para ver si permitía los casinos en el estado.

De todas esas contiendas, la más importante fue la del distrito electoral 23 de Nueva York, un recóndito y rural enclave al norte del estado que cobró un inesperado protagonismo. El distrito se convirtió en símbolo de la lucha interna en el Partido Republicano entre el ala más derechista y los miembros más centristas.

La primera batalla la ganó el núcleo duro, que forzó la retirada de la republicana moderada Dede Scozzafava, quien tiró la toalla el sábado ante el empuje del independiente Doug Hoffman, respaldado por los conservadores del partido. Allí la lucha por los votos parecía haberse intensificado sin un ganador claro aunque y el escrutinio de los sufragios emitidos en un 21% ciento de las circunscripciones electorales favorecía al demócrata Bill Owens. Según las proyecciones, Owens contaba con el 52% de los sufragios contra 43% a favor de Hoffman y sólo el 5% para Scozzafava.

La posibilidad de una doble victoria republicana en Virginia y Nueva Jersey había sido anticipada por los expertos que indicaron que tendría un importante y negativo valor simbólico para la presidencia de Obama. "Si los republicanos ganan en ambos estados tratarán de crear dudas sobre la fortaleza política de Obama", dijo Thomas Schwartz, de la Universidad Vanderbilt en Tennessee, antes de los comicios.

Un 70% de los consultados en Virginia en una encuesta divulgada la semana pasada por el diario The Washington Post afirmó no pretender que su voto sea un veredicto sobre la gestión de Obama. Pero aun así, Schwartz dijo que el hecho de que el presidente se haya desplazado a ese estado en varias ocasiones para apoyar a Deeds permitirá a la oposición presentar su derrota como un fracaso personal de Obama.

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