Así se expresa Salaverry -embajador en España entre 2002 y 2007 y en la actualidad consultor internacional- en un documento editado por la Fundación Ciudadanía y Valores (FUNCIVA) y que lleva por título "Honduras, un gran triunfo subestimado y amenazado".
El ex embajador nicaragüense considera en ese texto que Manuel Zelaya fue relevado por Roberto Micheletti en la presidencia de Honduras "ajustándose en todo momento a lo recogido en la Constitución y en las leyes hondureñas" y, por ello, expresa su sorpresa por la reacción que han tenido Estados Unidos y la Unión Europea.
A su juicio, son injustas las acusaciones de golpismo contra Micheletti y ha existido una "cruel e injusta presión para forzar la vuelta de Zelaya al poder". Respecto a las elecciones celebradas en ese país y en las que resultó vencedor Porfirio Lobo, el ex embajador defiende su legitimidad y está convencido de que Honduras ha dado una lección al mundo.
Critica de forma especial el papel de España en esta crisis al convertirse desde el primer momento en "el líder de la ofensiva europea" contra el nuevo Gobierno de Honduras y situarse al lado de países como Venezuela.
"España y la Unión Europea parecen dispuestas ahora a salirse del embrollo siguiendo lo que disponga la Administración Obama, a menos que Zapatero quiera seguir en la línea de sus amigos Chávez y Lula, que recientemente han afirmado que no reconocerán las elecciones", añade Salaverry.
Especialmente crítico se muestra también con el papel desempeñado por Brasil y por su presidente, Luis Inazio Lula da Silva, al que acusa de "pensar, equivocadamente, que el caso de Honduras le presentaba una oportunidad de oro, de bajo riesgo y de bajo coste, para demostrar al mundo su poder e influencia en la región".
En cuanto a Estados Unidos lamenta que "le cueste aclararse" y señala que su problema es que quiere quedar bien con todo el mundo y enviar una señal clara a América Latina de que no acepta ni apoya golpes de Estado. "El error que comete es insistir en usar a Honduras para ese fin cuando ahí no hubo ningún golpe de Estado", insiste.
La Fundación Ciudadanía y Valores -editora del documento de Salaverry- se define como institución independiente formada por profesionales de diversas áreas y variados planteamientos ideológicos que pretende fomentar el diálogo para afrontar los problemas de la sociedad.