El pasado 30 de marzo, los Gobiernos de España y Honduras, gobernada entonces por el depuesto Manuel Zelaya, acordaron la incorporación de medio centenar de soldados hondureños al contingente español desplegado en Líbano. El 10 de junio, 51 soldados hondureños llegaron a la localidad andaluza de Córdoba, donde llevaban a cabo un plan de entrenamiento y preparación junto a tropas españolas.
El pasado lunes, fruto del desencuentro español con el actual Gobierno hondureño, encabezado por Roberto Micheletti, tras ser depuesto Zelaya, el ministerio de Defensa devolvió a los soldados centroamericanos a su país y abortó el futuro despliegue de los mismos en Líbano, según informan diversos medios hondureños.
El diario La Tribuna recoge las declaraciones del coronel Ramiro Archaga, portavoz de las Fuerzas Armadas del país centroamericano, que destacaba que "están regresando los 51 miembros que fueron destinados a participar en misiones de paz en Líbano junto al destacamento español" porque "el Gobierno de España decidió que nuestros soldados regresen a nuestro país". Según dice posteriormente el portavoz militar, después de "resolverse la situación interna de nuestro país, queda la posibilidad de regresar ya que han pasado el periodo de entrenamiento". Tras esto, añadía: "Cada país es libre de tomar las decisiones que estime conveniente".