L D (Agencias) En febrero de 2003, meses antes del inicio de la intervención aliada que derrocó al sanguinario dictador Sadam, la plataforma de "mujeres artistas" capitaneadas por la ex cantante Cristina del Valle, conocida por su odio a Israel, viajaban a Irak en un viaje supuestamente pacifista. Allí se entrevistaron con el entonces primer ministro iraquí Tarik Aziz, en un claro respaldo al brazo derecho del tirano Sadam Husein. Decían que viajaban para apoyar al pueblo iraquí. Este martes, siete años después, Aziz ha sido condenado por un tribunal iraquí a 15 años de cárcel por crímenes contra la humanidad, cometidos contra ese pueblo que Del Valle y sus colegas decían defender.
El Tribunal Penal Supremo iraquí condenó a 15 años de cárcel al ex viceprimer ministro Tarek Aziz –absuelto por otro caso hace unos días– y al ex ministro de Defensa Ali Hasan al Mayid, conocido como "El Químico", además de sentenciar a muerte a dos hermanastros de Sadam Husein.
Los incriminados, entre ellos los hermanastros de Sadam Watban Ibrahim al Hasan y Sabawi Ibrahim al Hasan, fueron condenados por la ejecución de 42 empresarios iraquíes en 1992, que supuestamente habían acordado subir los precios tras la crisis desatada por la Guerra del Golfo.
Se trata de la primera sentencia condenatoria para Aziz, uno de los rostros más conocidos del régimen de Sadam, tras ser absuelto la semana pasada del asesinato de docenas de chiíes en 1999, mientras que "Alí el Químico" suma ya tres condenas a muerte por su papel en la represión de kurdos y chiíes durante los años ochenta y noventa.
El tribunal, que juzga a ocho ex altos cargos del régimen de Sadam Husein en este caso, también condenó a cadena perpetua a Abd Hamid Mahmud, que fue secretario del ex dictador, así como a 15 años de cárcel a Mazban Judeir Hadi, ex miembro del Consejo del Mando de la Revolución, y a 6 años de cárcel a Ahmed Husein Joder, ministro de Finanzas entre 1992 y 1995. En cuanto al ex gobernador del Banco Central iraquí Esam Huweish, la Corte ha anulado las acusaciones contra él y ha ordenado su puesta en libertad.
Los condenados pueden apelar por las sentencias aplicadas en el plazo de un mes al Tribunal de Apelaciones, ante el que no hay posibilidad de recursos posteriores. Los comerciantes, que vendían bienes de primera necesidad, fueron juzgados en un proceso sumarísimo por un tribunal de seguridad nacional y se les negó el derecho de apelar la sentencia de muerte. Durante el juicio y la ejecución de las 42 personas, Aziz ocupaba el cargo de ministro de Asuntos Exteriores.