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Chávez sigue presionando a la prensa para silenciar el descontento general

En uno de sus momentos más críticos, Hugo Chávez aprovecha el 4 de febrero -día en el que se cumple el aniversario del fallido golpe de Estado de 1992- para ensalzar el chavismo mientras amenaza a sectores de la prensa e intenta silenciar a los sectores más críticos.

Hace pocos días, la maquinaria chavista volvió a presionar a la prensa mediante una amenaza contra Laureano Márquez que utilizó el humor para redactar un editorial en el diario Tal Cual. Esto enfureció a miembros del oficialismo: la ministra de Comunicación e Información, Blanca Eekhout, habló de una presunta violación de la Constitución y le acusó de incitar a la violencia.

En el texto publicado el 29 de enero pasado, Márquez imagina el panorama de Venezuela sin la presidencia de Hugo Chávez. El editorial, titulado "Venezuela sin Esteban" repasa un periodo de varios años en el que el país recupera la institucionalidad y la democracia, además de todas las inversiones que se han ido perdiendo a través de los años del chavismo.

Este nuevo caso de acoso contra la libertad de expresión generó el rechazo de muchos sectores. Desde la propia Venezuela, el Colegio Nacional de Periodistas, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa y el Círculo de Reporteros Gráficos emitieron un comunicado en el que defienden a dos periodistas -entre ellos Márquez- al subrayar que ni fomentan ni auspician la violencia porque "no creemos en agendas conspirativas ni creemos necesaria la confrontación fratricida para que nuestros sueños se hagan realidad".

En Libertad Digital, Agapito Maestre recordó en su columna que tituló "Chávez contra Laureano Márquez" que "la dictadura ha matado cualquier tipo de oposición. A Chávez sólo le resta asesinar la risa. Laureano es su máximo representante".

Y ahora, aplastar a la oposición

Todo el mundo reconoce que el momento para Chávez es complicado: crisis económica, problemas energéticos y menos apoyo popular. Como es obvio, los oficialistas y chavistas no admiten esta grave situación y aprovechan cualquier oportunidad para invadir las calles de Caracas y así intentar demostrar que el apoyo al proyecto chavista sigue en lo más alto. Así lo han hecho este 4 de febrero, día en el que los chavistas conmemoran el 18º aniversario del fallido golpe de Estado contra Carlos Andrés Pérez que dejó muchos muertos.

El diputado oficialista Darío Vivas señaló a EFE que "se trata de un acto cívico-militar en el que el pueblo soberano y el pueblo en armas, que son los soldados, van a celebrar la rebelión del 4 de febrero de 1992 que hizo posible la Revolución Bolivariana". Por su parte, el nuevo vicepresidente del Gobierno, Elías Jaua, manifestó que los "enemigos" de la revolución deben saber que "las fuerzas de Chávez estarán en cada calle, en cada esquina, dando el combate para alcanzar la victoria popular".

Pero además de eso, para demostrar que no existe crisis, los oficialistas necesitan que la fuerza de Estado cumpla su papel. Los estudiantes opositores pidieron el permiso correspondiente para marchar por algunas calles de la capital pero el Gobierno no lo permitió. Pese a eso, este miércoles miles han salido para mostrar su descontento con el actual Gobierno que ocupa el Palacio de Miraflores. Sin embargo, la marcha se encontró de cara con la Policía Metropolitana que le impidió seguir adelante.

En declaraciones a Noticias 24, Nizar El Fakih, unos de los líderes estudiantiles que convocaron la marcha de este miércoles, apuntó que este 4 de febrero "no es una fecha para celebrar nada" y por el contrario sí lo es para "recordar las carencias" que sufre el país. Sobre la prohición de poder marchar, dijo que "hicimos una convocatoria y una notificación tal cual como lo exige la ley, y estamos cumpliendo con el mandato constitucional establecido en el artículo 68, y el derecho a manifestar libre y pacíficamente".

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