El islam crece de manera imparable en el mundo. Tanto en sus principales lugares de influencia, Asia y África, como en el continente europeo. Según un informe del Pew Research Center, los musulmanes representarán en el 2030 el 26,4 por ciento de la población mundial, y creciendo.
De hecho, los musulmanes crecen el doble de rápido que el resto del mundo, de forma más acentuada en los países en los que son abrumadora mayoría como Indonesia o Pakistán, por ejemplo. Sin embargo, donde más relevancia tiene por su impacto es en la sociedad occidental.
Mientras Occidente envejece de manera rápida y constante, la natalidad entre los musulmanes es muchísimo más alta que la media de cualquier país del denominado primer mundo. Por ello, un porcentaje importante de los nacidos en Europa son ya hijos de musulmanes. Muy representativo de ello es lo ocurrido en algunos estados del viejo continente. Mohamed es el nombre más utilizado en Reino Unido para los recién nacidos, algo que ha ocurrido también en 2010 en la capital belga.
Bruselas, reconocida como capital de Europa, podría ser un augurio de lo que pueda ir ocurriendo poco a poco en el resto del continente. El sociólogo Jan Hertogen ha realizado un estudio que indica que en 2020 Bruselas tendrá 1,2 millones de habitantes de los cuales sólo entre el 20 y el 30 por ciento serán belgas de origen. Un 50 por ciento serán naturalizados, de los cuales una gran parte serán de origen musulmán.
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Según el informe de Pew Research Center, la población musulmana mundial pasará de 1.600 millones en 2010 hasta los 2.200 en tan sólo veinte años. En Europa, crecerá un 30 por ciento y se pasará de 44 millones durante el pasado año a los más de 58 que habrá en 2030. Y es que la población musulmana crecerá a un ritmo del 1,4 por ciento mientras que los no musulmanes lo harán al 0,6.
El islam en Europa
Aunque en las previsiones del estudio los musulmanes europeos tan sólo representarán el 2,7 por ciento del total del mundo, su papel es muy representativo en un continente envejecido y que ve como el cristianismo, tanto el catolicismo como el protestantismo, están estancados en número e incluso cayendo debido a la fuerte secularización.
Además, hay un hecho que podría desestabilizar aún más la balanza de población. La posible entrada de Turquía en la UE, más que probable de aquí a veinte años, colocaría en el corazón de Europa un país que en 2030 se prevé que tenga 89 millones de musulmanes. Si a estos se suman los 58 que ya vivirían en Europa nos encontraríamos con 147 millones de seguidores de Mahoma en el continente. Uno de los diez países con más musulmanes del mundo tendría un importante peso en la UE y el dictador libio, Muamar Gadafi ya dijo que el primer paso para la islamización de Europa es el ingreso de Turquía.
La repercusión de este hecho se acrecentaría debido al alto número de hijos que tienen los musulmanes en contraposición con la bajísima natalidad que se da en los distintos países. Y otro hecho básico es la juventud de esta población, lo que les sitúa con ventaja para seguir creciendo en número pese a que en Europa el número de hijos es menor que en zonas menos desarrolladas como Asia. Según Eurostat, ninguno de los 25 países de la UE supera los dos hijos por mujer por lo que no se garantiza el reemplazo generacional.
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En este sentido, en 2030 habrá un total de 10 países del continente europeo que tengan más de un diez por ciento de población musulmana. Sin contar aquí a Turquía, Kosovo y Albania tendrían una clara mayoría de fieles del islam. Bosnia y Macedonia estarían cerca del cincuenta por ciento mientras que Montenegro se quedaría en el 21,5%.
Sin embargo, ya habrá tres países de la actual Unión Europea que superen este diez por ciento. Uno es Bulgaria, con más del 15 por ciento. Pero los otros dos son mucho más representativos al ser fundadores de la Unión. Francia llegará al 10,3 por ciento, con casi siete millones de musulmanes y Bélgica alcanzará el 10,2%. Otros estados como Suecia, Austria o Reino Unido se acercan al 10 por ciento. Por su parte, el país más poblado de la UE, Alemania, tendrá más de 5,5 millones de musulmanes. Mientras tanto, España llegará en 2030 a los casi dos millones de mahometanos.
Este importante crecimiento igualmente debe ser comparado con el estancamiento del resto de religiones mayoritarias en Europa. Según el Anuario Estadístico de la Iglesia Católica para 2010 el número de católicos ha crecido en 121 millones en una década, llegando a los 1.166 millones en 2008 aunque donde más crece es sobre todo en África y a menor ritmo en Asia, mientras que Europa está totalmente estabilizada.
El texto asegura que "se va de la reducción relativa de los católicos europeos que, a pesar de aumentar en valor absoluto, ven descender su peso en el mundo, del 26,81 por ciento del 2000 al 24,31 por ciento en 2008, a la correlativa adquisición de importancia de católicos africanos, que pasan del 12,44% al 14,84". Curiosamente donde más crece la Iglesia Católica es donde menos lo hace el islam, y viceversa.
Fracaso del multiculturalismo
Ante esta situación, los mandatarios europeos comienzan a plantearse los postulados que han llevado a esta situación que en muchos casos es de no integración, lo que ha provocado que en ciertos sectores haya crecido el fundamentalismo islámico. El primer ministro británico, David Cameron, y la mandataria alemana, Angela Merkel, ya han denunciado públicamente el fracaso del multiculturalismo.
El británico aseguró que "necesitamos menos de la tolerancia pasiva de los últimos años y más de un liberalismo muscular activo" por lo que añadió que es necesario "construir un sentido de identidad nacional local más fuerte". Merkel habló claramente del "fracaso absoluto" de esta política.