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Aznar aboga por una "Alianza de los Civilizados" porque "la civilización es una"

En una conferencia en Túnez, el ex presidente del Gobierno José María Aznar rechazó el concepto de "choque de civilizaciones" y defendió la existencia de una "única civilización", por lo que apostó por una "Alianza de los Civilizados" frente a la "Alianza de Civilizaciones" de Zapatero.

En una conferencia en Túnez, el ex presidente del Gobierno José María Aznar rechazó el concepto de "choque de civilizaciones" y defendió la existencia de una "única civilización", por lo que apostó por una "Alianza de los Civilizados" frente a la "Alianza de Civilizaciones" de Zapatero.
L D (Agencias) Durante su participación en el XX Symposium Internacional La participation politique dans un monde en mutation, celebrado en Túnez, el presidente de la Fundación FAES dijo que duda de que la palabra civilización se deba usar en plural en política, por lo que apostó por descubrir los "valores comunes deseables para todos" y trabajar por una "Alianza de los Civilizados".
 
La visita de Aznar a este país se produce por invitación del presidente tunecino, Zine El Abidine Ben Ali. Este lunes por la mañana, Aznar fue recibido por el presidente de la República Tunecina en la residencia oficial de Ben Ali. Durante la reunión, ambos han tratado la situación internacional.
 
Aznar defendió que "la civilización es una", con distintas expresiones culturales, experiencias históricas, creencias y raíces religiosas. "Pero una única civilización", enfatizó. En este sentido, señaló que por encima de estas diferencias existen "valores comunes deseables para todos" que "se pueden y se deben descubrir" e indicó que hablar de civilizaciones implica "dar por hecho que existen mundos distintos y cerrados, cada uno con sus dogmas fundamentales".
 
Además, advirtió de que dar por hecho que existen muchas civilizaciones equivale "a renunciar a la propia idea del bien". "Como el bien no existe, se renuncia a trabajar en política con el objetivo de alcanzarlo. Esto lleva a mirar con arbitraria indiferencia crímenes que, por desgracia, han ensombrecido la historia de la humanidad –argumentó–. Es la trampa del relativismo".
Por ello, insistió en la necesidad de encontrar los "valores esenciales que nos unen" y, aunque en ningún momento hizo referencia a la Alianza de Civilizaciones promovida por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, Aznar apostó por trabajar por una "Alianza de los Civilizados". "Frente al fundamentalismo y al relativismo, creo que lo que hay que reivindicar con fuerza es la civilización", insistió.
 
El presidente de honor del PP explicó que, a su juicio, el "núcleo central" de estos valores que convierten en civilizados es "el valor superior de la vida humana y de la dignidad de cada persona, con independencia de su origen étnico, de su religión, su sexo, origen social o preferencias políticas".
 
Según expuso, estos son los límites que deben respetarse siempre "porque son los que marcan la diferencia entre la civilización y la barbarie". Además, defendió que a partir de ellos deben surgir todas las reflexiones políticas porque "en estos tiempos confusos" hace falta "claridad moral e intelectual para acertar en cómo deben estar vigentes estos valores". "Siempre será necesario deslindar de nuestra diferente herencia histórica –de la cual podemos estar cada uno legítimamente orgullosos– las luces de las sombras. Porque las luces son la civilización y las sombras son la barbarie", continuó.
 
En este contexto, señaló que para él la concreción política de estos valores que hacen civilizados son "la tolerancia, el pluralismo y la democracia abierta" y alertó de que en la actualidad un desafío "común" a la civilización es "combatir las ideas perversas de fundamentalistas que quieren imponer por la fuerza su visión del mundo o una interpretación perversa de la religión".
 
El ex presidente del Gobierno explicó así en Túnez, país al que calificó como "un ejemplo de progreso y apertura en el mundo árabe", la necesidad de que los gobernantes se abran a la sociedad y establezcan relaciones "de cooperación y de justicia con otras sociedades". "Si no lo hacen, están condenados al fracaso", advirtió. En este punto de su discurso puso como ejemplo la trayectoria de España y recordó que pasó de ser un país "cerrado y con miedo" a convertirse en "una democracia abierta a la sociedad y al mundo". "La de España ha sido una historia de éxito. Y no por casualidad. Porque nadie está condenado al fracaso histórico pero tampoco tiene garantizada la continuidad del éxito", subrayó.
 
Aznar, que enfatizó que hoy está "alejado de la primera línea de la actividad política" y aseguró que ahora su actividad principal está dedicada a "pensar en la política", apuntó que en el mundo "de transformación en el que vivimos" es importante "tener referencias claras para alcanzar los objetivos". Por ello, afirmó que todos los países pueden contribuir al avance la civilización pero advirtió de que "ninguno tiene asegurada esa contribución". "La lucha por la civilización es universal. Ha tenido lugar allí donde alguien, cualquiera que sea su cultura, se ha rebelado contra la injusticia buscando la justicia; contra el engaño buscando la verdad; y contra la miseria buscando la prosperidad", concluyó.
 

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