LD (EFE) Amnistía Internacional ha hecho público un informe sobre la aplicación de la pena de muerte en Arabia Saudí. De acuerdo con sus datos, desde enero hasta finales de agosto del presente año, 71 personas han sido ejecutadas. Las cifras arrojan que las autoridades saudíes aplican la pena capital a una media de 2,4 personas cada semana.
La organización internacional destaca que ha detectado que durante 2008 Arabia Saudí, uno de los tres países junto a China e Irán que más aplica la pena de muerte, ha venido incrementando las ejecuciones respecto a las contabilizadas el año pasado. Durante 2007, en ese país hubo 158 ejecuciones, frente a las 39 de 2006. En los últimos veintitrés años, informa la organización, el país árabe ha aplicado la pena de muerte a 830 personas.
Amnistía Internacional asegura que entre esas personas había mujeres y menores de dieciocho años, de hecho Arabia Saudí es el único país, junto a Irán y Yemen, que condena a muerte a menores, pese a que el derecho internacional lo prohíbe. Según AI, casi la mitad de los ejecutados en ese país son inmigrantes procedentes de países pobres, principalmente Pakistán, Yemen y Nigeria, algo "desproporcionado y discriminatorio". También indica que los miembros de grupos étnicos y las personas que carecen de familia son dos de los colectivos más afectados por este tipo de pena.
La organización informa de que las autoridades saudíes utilizan la decapitación pública para terminar con la vida de los condenados a muerte y que, en ocasiones y tras llevar a cabo esa "técnica", se crucifican los cuerpos.