LD (EFE) El Gobierno de Nueva Zelanda se ha unido al resto de países que plantearon boicot al acto de la ONU y anunció que no tomará parte en la Conferencia sobre Racismo organizada por Naciones Unidas que arranca este lunes en Ginebra por temor a que se convierta en un "caos" como su antecesora en 2001.
"Hay un riesgo de que la reunión degenere en el mismo debate improductivo que en Sudáfrica", donde se celebró aquella cita, explicó el ministro de Exteriores neozelandés, Murray McCully. Nueva Zelanda se une así al boicot de Alemania, Australia, Canadá, Estados Unidos, Holanda, Israel e Italia.
Estos países consideran que la conferencia puede ser utilizada por algunos países musulmanes como plataforma para limitar las voces críticas con su región y atacar a Israel. La reunión ha quedado manchada de antemano por las acusaciones de antisemitismo y la presencia entre los oradores del presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, quien suele provocar las iras de Israel en sus discursos.
El presidente iraní llegó a Ginebra rodeado de extremas medidas de seguridad, por lo que no contestó a las preguntas de los periodistas que lo esperaban en la entrada del hotel donde se hospedará durante tres noches. Ahmadineyad cenó con su colega suizo, Hans-Rudolf Merz, encuentro precedido por la polémica a causa de los intentos fallidos de Israel de que se cancelase.
Antes de partir de Teherán, según la televisión pública iraní, Ahmadineyad tildó a Israel de "estandarte del racismo". "La ideología y el régimen sionista son los estandartes del racismo", declaró el presidente iraní. La presencia de Ahmadineyad en la conferencia se espera polémica, dado su conocido comentario de que el Holocausto es "un mito".
Por su parte, el ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner, anunció que su país participará en la Conferencia Mundial sobre el Racismo pero advirtió de que se retirará en caso del mínimo "derrape" o "provocación", en particular de Mahmud Ahmadineyad.
"No toleraremos ningún derrape (verbal), ninguna provocación", advirtió en una entrevista a la emisora de radio France Info Kouchner, al ser preguntado por la posibilidad de que Ahmadineyad reitere sus declaraciones sobre Israel, en las que señaló que "la ideología y el régimen sionista son los estandartes del racismo".
"Si fuera inteligente, no repetiría eso en la sala. Si lo repite, en la sala, todos los embajadores europeos presentes se levantarán y saldrán", afirmó el ministro francés.
Kouchner justificó la representación de su país, a través del embajador Jean-François Mattéi, porque el texto de la conferencia "es aceptable", ya que aunque "no va suficientemente lejos" en algunas cuestiones como la lucha contra la discriminación de los homosexuales, supone un avance en otros, y como una mención al Holocausto.
Kouchner quitó importancia al hecho de que los países de la Unión Europea no hubieran llegado a una posición común sobre su presencia o no en la conferencia de Ginebra, y puso el acento en que están "muy unidos en la necesaria lucha contra el racismo".