El Senado paraguayo ha aprobado este viernes la destitución del presidente del país, Fernando Lugo, tras la celebración de un "juicio político" contra él por los disturbios ocurridos la semana pasada en la localidad de Curuguaty, en el departamento de Canindeyú (sureste), donde 17 personas murieron en enfrentamientos entre campesinos y policías.
La resolución de destitución fue aprobada por los legisladores tras una votación de 29 votos a favor, cuatro en contra y dos abstenciones. La petición fue realizada por el principal partido de la oposición, el Partido Colorado, con el posterior apoyo sorpresivo del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), el segundo grupo político más poderoso de Paraguay, que además hacía coalición con el Gobierno.
Lugo acata pero critica
El ya expresidente acató la decisión del Senado pese a que la ley "haya sido torcida como una frágil rama al viento". "Esta noche salgo por la puerta más grande de la patria, salgo por la puerta del corazón de mis compatriotas", dijo un Lugo de gesto adusto, en medio del aplauso de sus colaboradores, presentes en su despedida en el Palacio. "Hoy no es Fernando Lugo el que recibe un golpe" sino que es "la Historia paraguaya, su democracia la que ha sido herida profundamente", observó, para denunciar que se han transgredido todos los principios de la defensa "de manera cobarde y alevosa".
Lugo llamó a sus partidarios a manifestarse de manera pacífica: "que la sangre de los justos no se derrame nunca más por causa de intereses mezquinos en nuestro país", demandó. "Fernando Lugo no responde a clases políticas, no responde a la mafia ni al narcotráfico", dijo en alusión aparente a las denuncias en ese sentido contra Horacio Cartes, precandidato presidencial "colorado" al que el ex obispo responsabiliza del enjuiciamiento en su contra.
Un liberal, presidente
Tras el proceso de destitución, tomó juramento el nuevo presidente paraguayo, Federico Franco, quien en su primero discurso aseguró que la "transición" que comienza en el país "se realiza dentro del orden constitucional" y "de ninguna manera pone en riesgo la vigencia y principios democráticos universales". Franco repitió dos veces ese mismo mensaje, que dijo haber trasladado textualmente a la misión de cancilleres de la Unasur a la que este mismo viernes recibió en Asunción.
El liberal, que pidió el apoyo de todos los grupos políticos en esos momentos "difíciles" para el país, puso el acento en su intención de entregar el mando presidencial el 15 de agosto de 2013, cuando concluye el actual mandato.