Joachim Gauck, proclamado candidato de consenso a la presidencia de Alemania, es una autoridad moral ampliamente respetada que puede devolver la dignidad a la jefatura del país tras los escándalos de corrupción del dimitido Christian Wulff.
Gauck, de 72 años, es un teólogo y pastor luterano que saltó a la política como disidente en la extinta Alemania oriental, llegó a ser parlamentario por Los Verdes y presentador de televisión, y ya optó como candidato a la presidencia del país en la última elección, hace año y medio.
Con un amplísimo respaldo popular, Gauck disfruta del crédito moral y apartidista preciso para el cargo gracias, principalmente, a su labor en la década que fue responsable del desmantelamiento de la Stasi -la policía política de la República Democrática Alemana (RDA)- y de la conservación de su archivo.
Su gestión de un asunto tan sensible en Alemania se caracterizó por su búsqueda de justicia, evitando toda tacha de revanchismo político, lo que le valió el reconocimiento de los partidos y la población, amén de la Gran Cruz Federal al Mérito, la máxima condecoración alemana, en 2000.
Gauck nació en la localidad de Rostock, en el norte de Alemania, en enero de 1940, y, tras estudiar teología, ejerció como pastor luterano entre 1965 y 1990. Durante los años de la RDA, participó activamente en varios movimientos cívicos de oposición al régimen comunista -entre ellos el Nuevo Foro, del que fue fundador en 1989- y abogó siempre por una transición política pacífica.
En 1990, Gauck se sumó a la Alianza-90 como representante de movimientos ciudadanos, y el 18 de marzo de ese año fue elegido diputado de Los Verdes/Alianza-90 en el parlamento de la RDA, en las primeras elecciones libres del país.
En ese parlamento presidió la comisión encargada de controlar el desmantelamiento de la Stasi, la antigua Policía política, un asunto tremendamente sensible.
En septiembre de 1990, tras aprobarse el Tratado de Reunificación por los parlamentos de las dos Alemanias, el Parlamento de la RDA lo propuso como encargado especial para la organización de los archivos de la Stasi.
El nombramiento fue confirmado posteriormente por el Ejecutivo de Bonn, presidido por el entonces canciller, Helmut Kohl, que desde diciembre de 1990 lo fue de la Alemania reunificada.
En 1991, tras la reunificación, fue nombrado por Kohl director del departamento federal para la tutela de los archivos de la Stasi, que llegó a conocerse como Oficina Gauck.
Bajo su mandato, en enero de 1992 se abrieron los archivos (112 kilómetros de actas, 39 millones de archivos, 1,4 millones de fotos, 164.000 grabaciones y 7.800 disquetes) y desde entonces este departamento atiende consultas de ciudadanos, instituciones y medios.
En octubre de 1995, Gauck fue reelegido por el Bundestag para un segundo mandato que culminó en octubre de 2000, sin posibilidad de ser prorrogado, y fue sustituido por Marianne Birthler, de Los Verdes.
Durante diez años asumió la doble tarea de custodiar y recomponer los documentos que se conservaron tras la unificación alemana, pese a los intentos de la Stasi, primero, y de la multitud enfervorecida, después, de destruirlos.
Tras abandonar este puesto, en enero de 2001 se incorporó a la televisión pública alemana como moderador de un programa de entrevistas.
Presidente de la Asociación contra el Olvido por la Democracia, de 2001 a 2004 fue miembro alemán del Consejo del Observatorio Europeo del Racismo y la Xenofobia en Viena.
El 4 de junio de 2010, tras la sorpresiva dimisión del presidente alemán, Horst Köhler, fue presentado como candidato a la jefatura del Estado por los socialdemócratas del SPD y por los Verdes, frente al candidato de la coalición gobernante de centroderecha, el ahora dimitido cristianodemócrata Christian Wulff.
En la elección, celebrada el 30 de junio, fue derrotado en tercera votación, al sumar 494 votos, frente a los 625 de Wulff.
Esta elección indirecta corre a cargo de la Asamblea Federal, integrada por los 622 diputados de la Bundestag (parlamento federal) más el mismo número de representantes de los estados federados, entre políticos y otras personalidades de la vida pública.