Este lunes el régimen comunista de Corea del Norte ha comunicado la muerte de Kim Jong Il a los 69 años por un "infarto agudo de miocardio". Según el escueto comunicado, sería consencuencia del "gran estrés físico y mental que le había ocasionado su liderazgo ininterrumpido", dicen, "a favor de la construcción de una nación próspera".
El fallecimiento de Kim Jong Il, cabeza de una de las dictaduras más terroríficas del planeta, con la inmensa mayoría de su población sumida en la pobreza, ha causado incertidumbre en la vecina Corea del Sur y en las grandes potencias internacionales. En el interior del país, mientras, el régimen ha optado por sumar a la breve nota numerosas imágenes de ciudadanos norcoreanos llorando desconsoladamente, difundidas a través de la televisión oficial.
La agencia de noticias de la dictadura ha asegurado que todos los norcoreanos "sufren un dolor indescriptible al haber recibido la triste noticia de la muerte del camarada Kim Jong Il". Este dolor dará "fuerza y coraje para superar las actuales dificultades y trabajar más duro por la victoria", agrega.
En las imágenes, insistentemente repetidas por la televisión, se ve a ciudadanos lamentar a gritos la muerte del dictador, gimiendo por la pérdida, e incluso golpeando el suelo o el pecho para expresar su consternación. Los vídeos de ciudadanos llorando a coro van acompañadas de una música funeraria.