La cadena de información BFM-TV difundió ayer imágenes de las cámaras de seguridad del hotel Sofitel de Nueva York correspondientes al 14 de mayo, día en que una empleada de limpieza denunció al exjefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, por haber abusado sexualmente de ella.
Esto ha servido a la defesa de la camamera Nafissatou Diallo para considerar que era la demostración de su inocencia: 'El vídeo demuestra que Diallo dijo la verdad', indicó en una concurrida conferencia de prensa en Nueva York el letrado Kenneth Thompson, quien repasó el vídeo secuencia por secuencia en un intento de desmontar la tesis de que el político francés fue víctima de una conspiración.
Thompson consideró que en las imágenes tomadas el pasado 14 de mayo se pude ver 'con claridad cristalina' cómo su cliente sale al pasillo para contar a un superior lo ocurrido, mientras Strauss-Kahn abandona 'a toda prisa' el hotel Sofitel de Nueva York de camino al aeropuerto internacional JFK, donde fue detenido horas más tarde.
DSK 'sale de su habitación con la boca todavía manchada de pasta de dientes, paga la cuenta y se marcha en un taxi', dijo el abogado, el mismo día en que la grabación, de unos cinco minutos de duración.
La otra versión...y las otras imágenes
Pero no está todo tan claro, el vídeo da lugar a equívocos. Después de la huída de DSK, se ve cómo después la limpiadora espera en el pasillo la llegada de la seguridad, ante los que escenifica y relata la teórica agresión. Tras escuchar su historia, éstos llaman a la policía para dar parte de la presunta agresión y pasan a una habitación diferente en la que, sin que nadie les vea -excepto la lente de una cámara de seguridad- se abrazan y bailan durante casi 12 segundos, en lo que parece una celebración espontánea.
El conjunto de la prensa coincide en que si bien las imágenes difundidas resultan sorprendentes, no establecen por sí mismas ninguna teoría de la conspiración.
El vídeo ya había sido descrito recientemente por el periodista de investigación Edward Epstein, el primero que volvió a la carga con la teoría del complot organizado, aunque las imágenes no habían trascendido a la luz pública.
Inicialmente, los responsables del grupo francés Accor, matriz de la cadena Sofitel, atribuyeron lo que en Francia se conoce como "el baile de la alegría" a una celebración de sus empleados por un resultado deportivo.
Sin embargo, el único evento deportivo de envergadura de aquel día en Estados Unidos fue un partido de baseball entre los Red Sox de Boston y los Yankees de Nueva York, que terminó varias horas después de la captura de las cámaras de seguridad.
En su nueva versión, el grupo asegura que los empleados no recuerdan por qué estaban tan contentos tras informar a la policía de la supuesta agresión sexual de la que había sido objeto una compañera y subrayan que las teorías "malintencionadas e infundadas" de que los vídeos demuestran "la implicación de Accor en un complot no tiene sentido".
"Son incapaces de recordar el motivo de esa escena", explica en la edición digital de "Le Monde" el secretario general de Accor, Pascal Quint, quien agrega que, según lo que se deduce de la investigación que ha desarrollado la cadena hotelera, estaban "aliviados al ver que se había llamado a la policía y que el hotel había hecho las cosas siguiendo las normas tras la agresión".
Liberation echa más leña al fuego
A esta teoría, se añaden las revelaciones hechas por el diario Liberation en torno al mismo tema. Según publica en portada, un funcionario del Ministerio francés de Justicia y otro de Exteriores telefonearon al fiscal Cyrus Vance al día siguiente de que la limpiadora Nafissatou Diallo presentara una denuncia contra Strauss-Kahn, conocido como DSK.
La mujer acusó a DSK de agresión sexual en una habitación del hotel Sofitel de Nueva York el 14 de mayo. En esas conversaciones, que el diario menciona tras consultar a tres fuentes diferentes no reveladas, trabajadores de la administración francesa bajo control de la gubernamental Unión por un Movimiento Popular (conservadora, partido del presidente Nicolas Sarkozy) ofrecieron a Vance otros datos sobre DSK.
Se trata, según el diario, de elementos sobre la presunta agresión sexual del socialista francés en París a la periodista Tristane Banon y la supuesta implicación de DSK en un entramado de prostitución en un hotel de la localidad francesa de Lille.
Las revelaciones, según ese diario francés de izquierdas, llegaron rápidamente de París a Nueva York (aunque no fueron conocidas para la opinión pública hasta después del escándalo de la suite 2806 de la planta 28 de ese exclusivo hotel de Manhattan) y truncaron las negociaciones de los abogados de Strauss-Kahn para que éste no tuviera que ingresar en prisión.
Al día siguiente de la presunta agresión, cuya causa penal terminó desestimando la justicia estadounidense, la defensa de DSK acordó con la fiscalía una fianza que rondaría los 250.000 dólares (unos 187.000 euros) para que el entonces favorito en las encuestas a un año de las elecciones presidenciales en Francia no acabase en la cárcel.
Pero cuatro horas más tarde, sus letrados recibieron una llamada de la oficina del fiscal explicándoles que "las cosas habían cambiado y que ya no había acuerdo sobre la fianza", según las fuentes del rotativo, que atribuyen el golpe de timón a las citadas llamadas desde París.
Finalmente DSK ingresó en la cárcel neoyorquina de Rikers Island, donde pasó cuatro días encerrado en una celda de 12 metros cuadrados, y que abandonó después de abonar un millón de dólares de fianza (cerca de 1,4 millones de euros).