Mario Monti ha cogido las riendas de una Italia al borde del precipicio, riendas que se ha visto obligado a soltar el siempre polémico Silvio Berlusconi. Y es que el cambio no se puede definir como una pequeña transición puesto que ambos son como la noche y el día. Del hombre de las "mama chicho" y de las orgías se ha pasado a un personaje de perfil bajo y un católico ferviente, elemento este último de gran importancia en el transitorio Ejecutivo italiano.
La desordenada y escandalosa vida de Silvio Berslusconi había entrado en confrontación directa con la Iglesia Católica. Relevantes y duras fueron las palabras del presidente de la Conferencia Episcopal Italiana sobre el ya ex primer ministro así como la contestación de éste, nada acostumbrado a las críticas. No era sólo su ejemplo de vida el problema que generaba sino la intención de Il Cavaliere de utilizar a la Iglesia y a un todavía influyente sector católico a su antojo. Hasta que todo estalló.
Por todo ello, la Iglesia no sólo ha bendecido al sustituto de Berlusconi no tanto por el hecho de serlo sino porque Mauro Monti es un católico practicante y que no se avergüenza de ello.
De este modo, el Vaticano ha dado la bendición al nuevo primer ministro a través de su diario oficioso, L´Osservatore Romano. Mótivos no le faltan para ello. El 23 de octubre de 2010 en la Basílica de San Juan de Letrán, catedral del Papa como obispo de Roma, el propio Monti presentaba en sociedad la encíclica del Papa, Cáritas in Veritate, invitado por el cardenal vicario de Roma, Agostino Vallini.
Ese día Mario Monti decía: "La Caritas in veritate parece casi un documento guía de gobierno técnico de la sociedad, en la que la economía tiene un papel fundamental, como resultado natural de la reflexión ética, con la que concuerdan incluso los que no comparten la visión ética católica".
Sin embargo, la importancia de su fe entre los medios de comunicación tiene dos motivos diferenciados. Por un lado, el perfil de su predecesor y por otro su primera imagen el día en el que tenía que formar el nuevo Gobierno para sacar a Italia del precipicio. Esa instantánea no era otra que Monti y su esposa saliendo de una iglesia tras asistir a la misa de diez de la mañana, imagen que dio la vuelta al mundo.
(Mario Monti, en el colegio de los jesuitas| www.gesuitinews.it)
Es por ello por lo que este tecnócrata y experimentado economista se haya convertido en el ejemplo de un catolicismo político que no vive sus mejores momentos ni en Italia ni en Europa.
Hasta los jesuitas presumen ahora de Monti. Tras conocerse que el presidente Giorgio Napolitano le había elegido como el encargado de formar un Gobierno decisivo, la Compañía de Jesús no tardó en desempolvar su pasado como alumno de un colegio de esta orden en Milán, el colegio León XIII. Así su foto de alumno aparece como destacada entre las páginas jesuitas.
Su catolicismo también ha impregnado la formación del nuevo Gobierno italiano. Formado por tecnócratas expertos en distintas materias, uno de los ministerios que no tendrán cartera es el de Cooperación Internacional e Integración. No destaca aquí el nombre sino tanto el nuevo ministro, Andrea Riccardi.
El nuevo titular de Cooperación es el fundador de uno de las nuevas realidades eclesiales de la Iglesia Católica, la Comunidad de Sant'Egidio, siendo además un experto en temas relacionados de la Iglesia Católica. El grupo que formó en los años 60 está presente en decenas de países de todo el mundo siendo conocidos por su labor caritativa y por su activo papel en la intermediación para la resolución de conflictos. En África tuvieron mucho éxito y se propuso a su comunidad mediar en el mal llamado conflicto vasco, a lo que se negaron.
Su personalidad discreta y su matrimonio con Elsa Antonioli contrastan con Silvio Berlusconi, cuyos últimos años de mandato han estado marcados por su vida privada. El espectáculo generado durante divorcio con su esposa, las famosas orgías en sus mansiones, sus escarceos con prostitutas de lujo y con menores así como sus procesos judiciales abiertos han cansado a un pueblo que pasará del "bunga bunga" a una mayor profundidad espiritual. Ahora hay que ver si las medidas que toma para salir de la crisis son igual de profundas que sus convicciones religiosas.