El Ejército de Egipto habría lanzado al río Nilo varios cadáveres de manifestantes coptos fallecidos durante los enfrentamientos con soldados egipcios, según han afirmado testigos presenciales citados por el periódico egipcio Al Masry al Youm.
Un hombre, que se ha identificado como William, ha afirmado en una iglesia que estaba enfrente del edificio de la televisión nacional en Maspero, cerca del río, cuando vio a varios soldados dispersar a la gente que se había congregado alrededor de los cadáveres de varios manifestantes.
"Al principio, pensé que simplemente estaban dispersando a la gente, pero después me puse a gritarles al ver coger los cadáveres y tirarlos al Nilo", ha manifestado. William ha hablado con periodistas y civiles que se acercaron a las protestas.
Varias personas de la audiencia han asegurado haber oído la misma historia de boca de otras personas presentes en la manifestación.
Los informes aún no han sido verificados, pero debido a los bailes de cifras sobre el número de fallecidos estos rumores comienzan a coger fuerza. A última hora del lunes, muchas personas reunidas en la catedral han comenzado a preguntar si se podrían recolectar pruebas para respaldar estos rumores.
Los enfrentamientos entre cristianos coptos y las fuerzas de seguridad egipcias registrados el domingo en El Cairo, originados por las protestas de esta comunidad por la demolición parcial de una iglesia en Asuán, en el sur del país, acabaron con la vida de al menos 24 personas y dejaron a más de 300 heridas de diversa consideración.
Indignación y dolor entre los coptos
Este martes, las calles en Egipto han recobrado relativamente la normalidad. El Cairo vivió el funeral de los fallecidos durante los ataques, así como numerosas manifestaciones en lugares simbólicos de la persecución a los coptos. Esta minoría se congregó en la sede de la radiotelevisión egipcia y en el Hospital donde atendían a los más de 300 heridos y las víctimas mortales.
"¿Por qué en Egipto todos pueden manifestarse menos los coptos? ¿Cómo vamos nosotros a atacar al ejército cuando no lo hemos hecho en todo este tiempo?", gritaba desconsolada Asisa Feiz, informa Efe, vestida de luto riguroso, en las puertas del Hospital Copto..
Los gritos de desconsuelo de los familiares y las lágrimas de los amigos de los fallecidos se mezclaban con las consignas de los manifestantes que, a las puertas del hospital, pedían explicaciones a la junta militar. Uno de los manifestantes, que no quiso identificarse, aseguró: "Los musulmanes destruyeron muchas iglesias y las autoridades nunca hicieron nada solo porque somos cristianos. Nos consideran ciudadanos de segunda categoría".
En respuesta a este sentimiento de furia ante la escasa regularización de las iglesias cristianas, el Consejo de Ministros, reunido de urgencia, presentó hoy un proyecto de ley para "legalizar la situación de los templos sin licencia", según la agencia oficial Mena.
También se reunieron esta mañana los dirigentes castrenses, quienes dijeron en un comunicado que los incidentes de la víspera fueron "intentos de destruir los pilares del Estado y propagar el caos para impedir la transición democrática deseada", sin concretar quién está detrás de estos intentos.
Los militares aseguraron que permanecerán en el poder hasta las elecciones presidenciales, cuya fecha aun no está definida, y agregaron que no responderán a "los intentos de crear discordia entre las Fuerzas Armadas y el pueblo".
Esto "podría tener efectos peligrosos sobre la seguridad nacional", según el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, que tomará "todas las medidas necesarias para controlar la situación y proteger la seguridad del país".
Además, la junta militar encargó la formación de una comisión para investigar los hechos al Consejo de Ministros, que a su vez encomendó esta misión a un comité presidido por el titular de Justicia, que también debe aclarar las circunstancias acerca del incendio de la iglesia que detonó los enfrentamientos.
Por su parte, el movimiento islamista de los Hermanos Musulmanes aseguró que "no es el momento adecuado" para que los coptos se manifiesten y pidió "paciencia" a los cristianos, que representan un diez por ciento de la población del país.
"Todo el pueblo egipcio tiene sus reivindicaciones legítimas y no solo los hermanos coptos; no es el momento adecuado para reclamarlas porque el Gobierno actual es un Gobierno provisional y la situación general no es natural", afirmaron los Hermanos.
Mientras, las organizaciones que protagonizaron la revolución que acabó con el régimen de Hosni Mubarak alertaron sobre el riesgo de que la junta militar busque perpetuarse en el poder a cuenta de la inestabilidad que vive Egipto. El Movimiento 6 de Abril denunció en un comunicado los sucesos de anoche y lamentó que "la junta militar sigue los mismos pasos que Mubarak y busca tranquilizar la situación sin conseguir erradicar los problemas".