Un bebé muerto y 37 desaparecidos es el resultado de los enfrentamientos entre indígenas y policías en la provincia de Ballivián, en el departamento boliviano de Beni (norte), cuando los nativos realizaban una protesta contra la construcción de una carretera en una reserva ecológica de gran importancia en Bolivia. Por el momento, no hay información oficial al respecto pero la asociación Educación Radiofónica de Bolivia (Erbol) -que reúne a varias emisoras comunitarias e indígenas- y el diario "Los Tiempos" lo han confirmado.
Estos enfrentamientos han sido criticados por la oposición boliviana que además ha acusado al Gobierno y a la Policía de reprimir duramente a los indígenas. Sin embargo, ambos han justificado estas acciones alegando que los indígenas habrían preparado una especie de emboscada contra la Policía. Además, denuncian que el pasado sábado retuvieron a la fuerza al ministro de Asuntos Exteriores del Gobierno, David Choquehuanca, que intentaba reanudar las negociaciones con los manifestantes.
Según el ministro del Interior, Sacha Llorenti, "no existe ningún reporte, por lo menos de parte de la Policía, de personas desaparecidas ni de que habría menores fallecidos, como lo han informado medios". Además, señaló que "en caso de que se hubiera cometido algún abuso al margen de los que establece la autoridad competente, entonces, por supuesto, esos abusos, tendrán que ser individualizados, procesados de acuerdo a nuestros ordenamiento jurídico".
Dimite la ministra de Defensa
Mientras las acusaciones se suceden, la ministra boliviana de Defensa, María Cecilia Chacón, ha presentado su dimisión ante Evo Morales tras condenar las acciones policiales contra los indígenas. En una carta enviada a Morales, Chacón señala: "Asumo esta decisión porque no comparto la medida de intervención de la marcha que ha asumido el Gobierno y no puedo dejar de justificar la misma en tanto existan otras alternativas en el marco del diálogo, respeto a los Derechos Humanos, no violencia y defensa de la madre tierra".
Por su parte, la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) ha exigido al Gobierno de Morales que "desista de la violencia y la represión". En declaraciones que publica el diario El Tiempo, monseñor Oscar Aparicio señaló que "exigimos a las autoridades nacionales renunciar al camino de la represión, la persecución y la violencia que no soluciona los problemas y demostrar con acciones coherentes el discurso de escucha y defensa de los derechos de los bolivianos, especialmente de las poblaciones más pobres y vulnerables".