La libertad religiosa es una quimera en países como China o Corea del Norte, donde los cristianos son víctimas de los regímenes totalitarios comunistas, auténtica religión de Estado. El régimen estalinista de Kim Jong Il y previamente de Kim Il Sung ha aniquilado el cristianismo en el país en el que debido al hermetismo y la dura represión apenas se conoce la situación de los pocos miles de cristianos que allí quedan. El resto o ha muerto o huyó a la frontera con China donde la persecución es menor.
En medio de esta situación se encuentra Corea del Sur donde sí existe libertad religiosa y que se ha visto sin quererlo dentro de un conflicto diplomático en una historia más propia de la Guerra Fría. Según recoge Marco Tosatti en Vatican Insider, la persecución a los cristianos por parte de el régimen de Pyongyang ha traspasado fronteras y se ha trasladado a China pero afectando al país de la parte sur de la península de Corea.
En este sentido, agentes secretos norcoreanos estarían entrando en China para eliminar físicamente y de manera oculta a los misioneros cristianos surcoreanos que trabajan con los refugiados del norte en la frontera del país chino.
Los hechos se han conocido debido a dos extraños sucesos que han puesto en alerta a las autoridades de Seúl. Todo empezó cuando un misionero surcoreano que se ocupaba de los refugiados que habían logrado escapar de la terrible tiranía de los Kim Jong murió de repente por la calle sin motivo aparente. Hasta aquí nada extraño hasta que otro activista del sur denunció que agentes del norte habían intentado asesinarle clavándole una aguja envenenada, algo que recoge el diario Joong Ang Daily.
La primera víctima se dedicaba al trabajo evangélico y era considerado una amenaza por Pyongyang. De 46 años, falleció el pasado 21 de agosto mientras esperaba un taxi. Las autoridades chinas dijeron no encontrar aparentes signos de violencia en la autopsia.
Por su parte, la segunda víctima trabaja con refugiados en Yanji, cayó improvisadamente por la calle por lo que fue llevado rápidamente al hospital. El hombre contó a los médicos que un desconocido le había clavado una aguja en el tórax. En esta misma región fue secuestrado el pastor Kim Dong-Shik en 2000 siendo trasladado a Corea del Norte y del que nunca más se ha sabido. Su delito era ayudar a norcoreanos a refugiarse en Corea del Sur pasando por un tercer país.
Tim Peters, fundador de la organización 'Helping Hands Korea', afirma que "es de conocimiento difundido entre nosotros que el peligro está siempre agazapado en la sombra. Es parte del precio que se paga para realizar el trabajo de misionero en esta zona". Mientras tanto, el Ministerio de Exteriores de Corea del Sur ha emitido un duro comunicado en el que pide "con fuerza a los órganos competentes del Gobierno chino que garanticen la seguridad de los ciudadanos de Corea del Sur en las regiones de la frontera, y que pongan en acto medidas que permitan evitar que incidentes como estos se repitan en el futuro".
El cristianismo en Corea del Norte, casi extinguido
Por principio, Corea del Norte niega la libertad religiosa y la presencia de las distintas confesiones cristianas en el país es casi testimonial y se podría asegurar que el cristianismo prácticamente ha desaparecido. En los campos de concentración en los que se hacinan decenas de miles de personas los confinados por motivos religiosos son identificadas como tales para recibir un trato aún peor.
Asi lo refleja el informe anual de libertad religiosa en el mundo realizado por Ayuda a la Iglesia Necesitada. El régimen estalinista se opone con fuerza a toda actividad religiosa, especialmente la de los protestantes, a los que asocian con EEUU. Por su parte, los católicos norcoreanos prácticamente han desaparecido sin dejar huella, sobre todo los obispos, de los que niegan informar sobre su paradero,
El destino de los obispos de Corea del Norte es un reflejo de todo lo que ha ocurrido con la Iglesia de este país. A mediados del siglo XX, el 30 por ciento de la población de la capital era católica. Cuando las tropas comunistas llevaron a cabo su invasión detuvieron a los misioneros y religiosos extranjeros así como a los cristianos coreanos mientras destruían todas las iglesias y monasterios. Los sacerdotes y monjes fueron también condenados a muerte y ejecutados.
Actualmente, la Iglesia no tiene clero en Corea del Norte y según las cifras oficiales de la satrapía habría 4.000 católicos y 11.000 protestantes. Son embargo, Asia News cifra en 200 el número de católicos en todo el país, casi todos ellos muy ancianos. Y es que los cristianos son represaliados al ser molestos por su supuesta deslealtad al régimen y por su los lazos que consideran que mantienen con Occidente.
Ejemplo de la desesperada situación que viven allí los cristianos es el caso conocido de Ri Hyonok, condenado a muerte y ejecutado por "poner biblias en circulación". A su vez, la familia d este joven de 33 años fue enviada a un campo de prisioneros.