En el helicóptero derribado por los talibanes, que se saldó con la muerte de 31 soldados estadounidenses y 7 afganos viajaban miembros de los Navy Seal, según ha confirmado el Pentágono. Más de 20 de los fallecidos pertenecían a esta unidad de élite, acrónimo "Sea, Air and Land (Mar, Aire y Tierra)" fue la encargada de la operación para liquidar al líder de Al Qaeda, Osama Ben Laden.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, lamentó hoy la muerte de los 31 soldados estadounidenses, pero aseguró que continuará luchando por la seguridad nacional. "Su muerte es un recordatorio de los sacrificios extraordinarios que hacen nuestros hombres y mujeres en el Ejército y sus familias, incluyendo aquellos que prestan servicio en Afganistán", dijo Obama en un comunicado emitido hoy por la Casa Blanca. "Buscaremos inspiración en sus vidas, y continuaremos la labor de resguardar a nuestro país y defender los valores que (los soldados) encarnaron", aseguró el mandatario.
Asimismo, el gobernante estadounidense lamentó la muerte de los siete afganos que combatieron junto a las tropas estadounidenses "en la búsqueda de un futuro más pacífico y esperanzador para su país". "En esta difícil hora, todos los estadounidenses se unen para apoyar a nuestros hombres y mujeres soldados que prestan servicio para que podamos vivir en libertad y seguridad", puntualizó.
Por su parte, el secretario de Defensa de EEUU, Leon Panett elogió el "valor ejemplar" y la determinación de los soldados estadounidenses y afganos de fortalecer la seguridad mundial. "Mantendremos la marcha para completar esa misión, para la cual ellos y todos los que han prestado servicio y perdido la vida en Afganistán han hecho el mayor sacrificio", dijo Panetta, quien se sumó al envío de condolencias a las familias de las víctimas.
La líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dijo que la muerte de soldados estadounidenses "siempre es una gran tragedia para nuestra nación" y que el suceso de anoche "es un recordatorio del servicio y sacrificio de nuestras tropas". Los 38 soldados murieron anoche en el distrito de Saydabad, en el centro de Afganistán, al estrellarse su helicóptero en el transcurso de una operación contra los talibanes, que dijeron haber derribado el aparato.
Este ha sido el más sangriento suceso para las tropas estadounidenses desplegadas en Afganistán desde el inicio, en el año 2001, de la invasión del país, donde continúan presentes unos 133.000 soldados de la Alianza Atlántica, la mayoría de Estados Unidos. El presidente afgano, Hamid Karzai, envió sus condolencias a Obama y también a las familias de las víctimas.