El autor confeso de los atentados de Oslo, Anders Behring Breivik, afirmó que tiene "otras dos células" en su organización, según informó el juez tras tomarle declaración y decretar su prisión preventiva.
Breivik, reconoció ante el juez instructor la autoría de la matanza, en que murieron 93 personas, y explicó que su objetivo era "castigar a la socialdemocracia" por "importar" musulmanes. "El detenido aseguró (ante el juez) que necesitaba perpetrar estos atentados para salvar a Noruega y a Europa occidental de los musulmanes y del marxismo cultural", aseguró una portavoz del juzgado de distrito de Oslo en una comparecencia ante los medios tras la comparecencia del detenido ante el juez instructor.
Breivik explicó que con su acción buscaba "limitar" las posibilidades futuras del Partido Laboral (PA) noruego de acceder al poder, así como mandar una "señal fuerte" que "no pueda ser malinterpretada". Asimismo, el presunto autor de los atentados afirmó en su primera comparecencia judicial, a puerta cerrada, que tiene "otras dos células" en su organización, según informó el juez.
El sospechoso y único detenido hasta el momento en relación con el doble ataque reconoció ante el juez instructor haber colocado el coche bomba en el barrio gubernamental de Oslo y haber tiroteado, tan sólo dos horas después a más de un centenar de los jóvenes de la isla de Utøya, de los que 86 fallecieron. No obstante, Breivik se declaró "no culpable". Tras tomarle testimonio, el juez instructor decidió dictar prisión preventiva para Breivik.
El ultraderechista e islamófobo permanecerá cuatro semanas en completo aislamiento -sin recibir cartas, visitas o conceder entrevistas-, hasta el 22 de agosto, y al menos otras cuatro semanas en prisión preventiva, hasta el 26 de septiembre.
La fiscalía tiene la opción, no obstante, de solicitar la extensión de este período de prisión provisional para poder proseguir con la investigación, explicó la portavoz del juzgado de distrito de Oslo.
El juez consideró que estas medidas "no son desproporcionadas", dados los crímenes de que se le acusan y los riesgos de fuga y de que se pierdan evidencias.
Breivik ha llegado este mediodía al tribunal de Oslo para prestar declaración sobre el atentado de la capital y el tiroteo de la isla de Utoya.
Los manifestantes que se han concentrado en el exterior de la sede judicial han golpeado las ventanas del vehículo en el que ha llegado Breivik, al que han llamado "traidor sangriento".
El turismo, un Volvo de color azul oscuro, ha continuado su camino después de que interviniera la Policía. Uno de los manifestantes ha asegurado que Breivik viajaba en el asiento trasero del vehículo escoltado por la Policía. "Todo el mundo aquí le quiere muerto", ha asegurado uno de los tres manifestantes que han golpeado el coche a su llegada.
Breivik, de 32 años, ha admitido ante la Policía que llevó a cabo ambos ataques, pero ha negado cualquier responsabilidad criminal. El juez del tribunal de distrito de Oslo ha decidido que la primera comparecencia se celebrase a puerta cerrada y sin presencia de la prensa ni del público.