Moratinos, que se postula candidato a la dirección general de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO), con sede en Roma, ha presentado su programa de gobernanza de dicha institución.
El ex ministro español de Exteriores y candidato a encabezar la FAO, Miguel Ángel Moratinos, aseguró que ésa es la última ocasión de que dispone para expresar su compromiso, que "no es otro que erradicar el hambre en el mundo y garantizar la seguridad alimentaria ahora y para todos".
Los otros cinco candidatos, entre los que se encuentra el brasileño José Graziano Da Silva, harán lo propio en sus intervenciones ante la 37ª Convención de la FAO.
Al discurso del ex ministro español asistieron, entre otros, la actual jefa de la diplomacia de España, Trinidad Jiménez, la titular de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Rosa Aguilar, y la ex vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega.
Moratinos aseguró que la FAO es la organización del sistema de Naciones Unidas que posee en estos momentos el mejor y más transparente sistema para elegir a su máximo dirigente.
"Por otra parte -añadió-, los representantes de los estados miembros han tenido ocasión de conocer a los candidatos, su valía personal, su capacidad de iniciativa y de interlocución (...). No creo que haya en el sistema de Naciones Unidas otro proceso tan exigente y riguroso."
"Hoy nos corresponde hacer el balance final", dijo, al tiempo que señaló: "Es en este sentido en el que voy a expresarme en esta última ocasión que se nos brinda, un día antes de la elección".
Para Moratinos, su "empeño no ha sido sólo conocer el estado actual de la organización, el plan de reforma, las expectativas de los funcionarios y trabajadores, sino que he querido también conocer de primera mano cómo ha actuado la FAO sobre el terreno".
"He visitado 90 países -refirió-, he asistido a doce reuniones regionales y multilaterales y, por lo tanto, creo poder contar hoy con una visión clara de lo que se espera de la FAO, tanto por parte de los estados miembros como por parte de la propia organización".
Sus tres grandes prioridades
Primero, reforzar aún más el desarrollo de lo que siempre ha constituido una de las actividades esenciales de la FAO: "La actividad normativa, ampliando aún más su alcance y adaptándola a los nuevos retos y desafíos de este siglo XXI, en particular el cambio climático y la seguridad alimentaria".
En segundo lugar -manifestó-, "acercar aún más la organización a sus estados miembros, teniendo en cuenta sus necesidades y prioridades, e intensificar la asistencia y colaboración prestada sobre el terreno para apoyar los programas de desarrollo agrícola y seguridad alimentaria de todos los países".
Y en tercer lugar, acelerar el proceso de reforma, respetando los objetivos establecidos dentro del Plan de Acción Inmediata, "reduciendo al máximo los plazos para llevar a cabo su inmediata ejecución".
Moratinos aseveró que para poner en práctica estas tres prioridades ha propuesto una metodología de trabajo diferente que se traducirá "en el establecimiento de misiones de la FAO que permitan evaluar anualmente el estado real del desarrollo agrícola y la seguridad alimentaria en cada región y país".
El ex ministro español subrayó que para ello se necesita "una movilización de recursos basada sobre cuatro fuentes de financiación".
Moratinos, que se dirigió a los estados miembros africanos en francés, recibió fuertes aplausos, pues en su campaña visitó 90 países, 35 de ellos del continente africano. Ha ido a sitios recónditos como Bután (en el Himalaya) y Granada (Caribe) y a países 'amigos' como Cuba y Venezuela, que, sin embargo, han anunciado que votarán al candidato brasileño.
"Tiene muchas opciones"
Moratinos afronta mañana en Roma la elección para ser el máximo responsable de la FAO entre 2012 y 2015, en la que parte como uno de los dos grandes favoritos, junto al brasileño José Graziano da Silva.
El ex ministro basa buena parte de sus opciones de ser elegido director de la FAO en acaparar el mayor número de votos de Europa y África y en el arrastre de apoyos que le pueda dar Estados Unidos.
Graziano, apadrinado por el ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, centra sus bazas en América Latina, las zonas emergentes y en los países que prefieren que el cargo no vaya a un representante de una nación desarrollada.
Habrá otros cuatro rivales -el austríaco Franz Fischler, el indonesio Indroyono Soesilo, el iraní Mohamad Saeid Noori y el iraquí Abdul Latif Rashid-, todos con pocas posibilidades a priori.
"Moratinos tiene muchas opciones porque es conocido por todo el mundo", pronostican fuentes de su entorno, que ven en él una figura con el nombre y el peso político requerido para sacar a la FAO del segundo plano en el que permanece desde hace años.
El principal obstáculo de Moratinos es ser visto como 'el candidato del norte', cuando en los últimos 35 años, la FAO ha estado dirigida por figuras de países menos desarrollados, el libanés Edouard Saouma y el senegalés Jacques Diouf.
Otro escollo es que el español Joan Clos fue nombrado hace menos de un año responsable de ONU-Hábitat, una agencia sobre la vida en las ciudades que depende de Naciones Unidas, al igual que la FAO.
Brasil, en cambio, no cuenta con ningún puesto relevante en la ONU, por lo que el equilibrio de cuotas podría beneficiar a Graziano, según explican a Efe fuentes de este organismo.
A Moratinos tampoco le favorece que la mayoría de países latinoamericanos haya prometido su voto al aspirante brasileño.
Aunque EEUU sólo tiene un voto, su capacidad de influencia puede favorecer a Moratinos en las rondas finales de votación.
Otro aval es que contaría con el grueso de los votos europeos cuando quede fuera de juego el ex comisario europeo Fischler, a quien España reprocha que se presentase a rivalizar con Moratinos como cartel europeo cuando sus opciones son escasas.
Pero la lógica y los compromisos adquiridos no son sinónimos de victoria, según cuenta a Efe un funcionario con dos décadas de experiencia en la ONU, quien vaticina una elección "muy reñida".
"El voto secreto lo desvirtúa todo, porque se puede desobedecer cualquier orden. Se han visto auténticos escándalos", revela esta fuente, sin atreverse a decir a quién podría beneficiar esta arbitrariedad.