A la compañía irlandesa no le ha gustado nada que la Agencia de Aviación Civil irlandesa –junto al instituto meteorológico británico- cerrase el espacio aéreo escocés. La decisión trata de evitar daños en las aeronaves provocados por la nube de cenizas que se ha extendido tras la erupción del volcán Grimsvötn.
Ryanair no se fía del dictamen de los organismos, y este martes por la mañana ha desafiado sus controles y el cierre del espacio aéreo, enviando un vuelo de prueba desde el aeropuerto de Glasgow. Según asegura en un comunicado en su página web, en el vuelo –que pasó por Prestwick dirección Inverness, pasando por Aberdeen y Edimburgo- "no había ninguna presencia visible de ceniza volcánica".
Por lo tanto, Ryanair se muestra tajante: "No hay ningún tipo de amenaza" es todo "una invención". Su postura, la ha explicado el presidente de la compañía, O’Leary, en la BBC ha dicho que "tenemos una confirmación por escrito de los fabricantes de nuestros aviones que dice que es seguro volar y sólo una combinación de ineficiencia burocrática nos han obligado a no hacerlo" asegura.