La prensa gala se muestra avergonzada por la noticia que ha dado la vuelta al mundo: el director gerente del Fondo Monetario Internacional, el francés Dominique Strauss-Kahn, está acusado de intento de violación y podría enfrentarse a 74 años de prisión.
"Así que DSK no será el nuevo presidente de la República francesa. Es una suerte, ¡sobre todo para él! Porque nos da escalofríos pensar qué hubiera podido hacer en una de las habitaciones del Elíseo. El escándalo hubiera sido todavía más grande y la vergüenza más indeleble", comenta abochornada.
Pero los analistas franceses no se sorprenden demasiado por este nuevo escándalo. Y recuerdan que Strauss-Kahn es conocido por ello. "Es muy famoso por esto. Muy famoso. Casi más que por su talento como economista", apostillan. Por eso, asombrados, no entienden las reacciones de estupefacción e "indignaciones hipócritas y solidaridades falsamente apiadadas" que ha tenido esta noticia.
Y es que, recuerdan, Francia es muy dada a este tipo de sucesos, y en este país "en el que las historias picantes tienen buena prensa, al contrario de lo que ocurre en EEUU, estos no disgustan. Al contrario". Eso sí, Sarkozy estaría fuera de la carrera por ser el más golfo o mujeriego. "Una mujer, Cecilia; otra, Carla... y ya está. Es decir, nada. Mientras que sus predecesores o rivales..."
"¿Chirac? ¡Tres minutos, ducha inluida!"
En el podium de los "más fogosos (exceptuando a DSK)" sitúa la prensa francesa a Chirac. "De él se escribió: 'Chicac consiguió a todas las militantes de su partido, a las secretarias de la organización, a todas las que pasaban cinco minutos atareadas en el sexto del número 123 de la calle de Lille'. (...) Un chiste circulaba por el personal femenino de la calle de Lille: ¿Chirac? ¡Tres minutos, ducha incluida!"
Lady Di "no pudo negarle nada" a Giscard
En segunda posición estaría Valéry Giscard d’Estaing, "otro estilo muy distinto", explican. "No se escribió nada sobre las aventuras" Giscard. Y es que "lo escribió él mismo".
“Nathalie, la bella y hermosa Nathalie ponía el mismo ardor y le añadía en algunos momentos una misteriosa necesidad de sumisión. (…) Su piel está tibia bajo la lana e increíblemente suave, casi frágil. Nathalie reacciona con un escalofrío defensivo cuando la invaden mis labios”. Eso sí, añaden los analistas galos que VGE, "en otro libro, hizo entender a Francia y Reino Unido que la princesa Diana no había podido negarle nada…"
Por último reconocen que "es imposible no hablar" de François Bayrou, candidato a la presidencia de la República en 2007, con un resultado muy halagüeño, de casi un 19% en la primera vuelta de las elecciones.
"Poco antes del escrutinio, había concedido una entrevista a una joven y guapa periodista llamada Estelle Denis. Se dejaba ver bajo una luz casi inesperada: la del macho triunfador. Descendiente de la democracia cristiana, siempre representada bajo el aspecto flácido de beatos, Bayrou había entendido que no debía dejarse encerrar en esa miserable imagen susceptible de alejarle del electorado femenino". Cuando la periodista le preguntó qué es lo que prefería su mujer de él, contestó: "'¡Mi virilidad!' En otras palabras: 'Soy muy bueno en la cama…'"
Así que, visto lo visto, "Nicolas Sarkozy nunca pudo jugar en la máxima categoría, la de estas fieras dopadas con testosterona. Y si lo pensamos bien, en 2007, no era una Segolène Royal a la que había que presentar contra él. Sino un DSK. Como a Francia le gustan los hombres de verdad, seguro que éste último hubiera sido el elegido".