El diario francés RMC publica cuáles serán las líneas clave de la defensa, que se sustentan básicamente en dos máximas: desacreditar a la camarera que denunció el intento de violación, y exponer que las horas no cuadran.
Los abogados intentarán demostrar que a la hora en que se produjo la agresión él estaba comiendo con su hija en Nueva York. Según esta versión, él habría abandonado el hotel a las doce y media de la tarde, media hora antes de que se produjera el intento de violación a la doncella. La defensa se prepara para dar pruebas materiales del restaurante en el que dice que almorzó acompañado, e incluso busca al taxista que le llevó hasta el aeropuerto y que le habría recogido en las inmediaciones del local, y no del hotel.
Además, RMC anticipa algo de la guerra sucia que pretenden desatar contra la camarera que ha denunciado el acoso. Aunque sus compañeros de trabajo hablan maravillas sobre su profesionalidad, y los directores del hotel se han apresurado a negar que se trate de un complot contra Strauss Khan; los abogados del socialista podrían haber encontrado a quien tirara por los suelos su reputación. Así, pretender airear la vida privada de esta inmigrante africana de 32 años, y desacreditar su testimonio... con falaces argumentos como que es "demasiado seductora", afirma el rotativo.
Además, da el nombre de la mujer: Ophelia, una chica que nunca ha ocasionado problemas en los 3 años que ha trabajado en Sofitel, según recoge el mismo diario.
Mientras, se espera la declaración de Dominique Strauss-Kahn ante la justicia, que ha quedado aplazada este lunes por el Fiscal, para reunir más pruebas contra él. En concreto, se espera a unos análisis de ADN del socialista, ya que se trata de determinar si los signos de lucha hallados en el cuerpo de la camarera corresponden con el director del FMI.