(Libertad Digital) Según publica el diario ruso Izvestia , Fidel Castro ha ofrecido la base de Lourdes (situada al suroeste de La Habana) al Gobierno chino para operaciones de espionaje electrónico contra los EEUU. En octubre del año pasado, el presidente ruso, Vladímir Putin, anunció que su país abandonaba la base espía de Lourdes, aunque no anunció la fecha definitiva para su salida de la misma.
El régimen de la isla caribeña habría impedido a los rusos abandonar totalmente Lourdes porque, según Izvestia , Castro afirma que Moscú aún tiene deudas contraídas con La Habana. Sin embargo, este dato está poco claro, ya que Rusia pagaba al año 200 millones de dólares a Cuba por el alquiler de la base de Lourdes, pero no lo abonaba, sino que lo descontaba de las antiguas deudas contraídas por La Habana con el régimen soviético.
Actualmente, en el interior de la base de espionaje electrónico de Lourdes hay aún dos docenas de militares rusos custodiando el equipamiento que no ha sido desmantelado. De hecho, aunque Rusia anunció en diciembre del año pasado que iba a mandar aviones de transporte para recoger todos sus equipos, los aparatos ni siquiera despegaron de Moscú y la base sigue operativa, espiando las comunicaciones norteamericanas.
En todo caso, Fidel Castro ya habría encontrado sustitutos a los rusos para cuando dejen la base de Lourdes. Según Izvestia , una delegación militar china visitó el otoño pasado La Habana, casi coincidiendo con el anuncio de Rusia de que abandonaría la base de espionaje. A los militares chinos –de los que Izvestia no cita rango– Castro les ofreció instalarse en Lourdes en condiciones similares a las que tenían los rusos, es decir, pagando un alquiler.
Al parecer, la oferta cubana ha sido bien recibida por Pekín, que sólo espera a que Rusia abandone Lourdes para instalarse allí. Pero Izvestia menciona un problema añadido. Se trata del Estado Mayor de la Flota rusa, que utiliza la base de Lourdes para comunicarse con la marina desplegada en el Atlántico. La Flota dice ahora que nunca ha recibido la orden de retirar a sus operarios y aparatos de Cuba, según el citado diario moscovita.
Al parecer, el tema de la base de espionaje electrónico de Lourdes fue uno de los tratados durante la reciente visita del ex presidente norteamericano Jimmy Carter a Cuba. Le pidió a Castro que no permitiera la entrada de los militares chinos en la base, pero no se sabe cuál fue la respuesta del dictador.
La base radioelectrónica de Lourdes (nombre del centro de espionaje) fue instalada en 1964, en el momento de auge de la presencia militar de la antigua Unión Soviética en Cuba, que llegó a ser de 20.000 hombres. El centro fue construido por el servicio de espionaje militar soviético (GRU). En principio contó con 850 técnicos y aumentó a 2.000 antes de reducirse a unos 1.500 tras la desintegración de la URSS en 1991.
El régimen de la isla caribeña habría impedido a los rusos abandonar totalmente Lourdes porque, según Izvestia , Castro afirma que Moscú aún tiene deudas contraídas con La Habana. Sin embargo, este dato está poco claro, ya que Rusia pagaba al año 200 millones de dólares a Cuba por el alquiler de la base de Lourdes, pero no lo abonaba, sino que lo descontaba de las antiguas deudas contraídas por La Habana con el régimen soviético.
Actualmente, en el interior de la base de espionaje electrónico de Lourdes hay aún dos docenas de militares rusos custodiando el equipamiento que no ha sido desmantelado. De hecho, aunque Rusia anunció en diciembre del año pasado que iba a mandar aviones de transporte para recoger todos sus equipos, los aparatos ni siquiera despegaron de Moscú y la base sigue operativa, espiando las comunicaciones norteamericanas.
En todo caso, Fidel Castro ya habría encontrado sustitutos a los rusos para cuando dejen la base de Lourdes. Según Izvestia , una delegación militar china visitó el otoño pasado La Habana, casi coincidiendo con el anuncio de Rusia de que abandonaría la base de espionaje. A los militares chinos –de los que Izvestia no cita rango– Castro les ofreció instalarse en Lourdes en condiciones similares a las que tenían los rusos, es decir, pagando un alquiler.
Al parecer, la oferta cubana ha sido bien recibida por Pekín, que sólo espera a que Rusia abandone Lourdes para instalarse allí. Pero Izvestia menciona un problema añadido. Se trata del Estado Mayor de la Flota rusa, que utiliza la base de Lourdes para comunicarse con la marina desplegada en el Atlántico. La Flota dice ahora que nunca ha recibido la orden de retirar a sus operarios y aparatos de Cuba, según el citado diario moscovita.
Al parecer, el tema de la base de espionaje electrónico de Lourdes fue uno de los tratados durante la reciente visita del ex presidente norteamericano Jimmy Carter a Cuba. Le pidió a Castro que no permitiera la entrada de los militares chinos en la base, pero no se sabe cuál fue la respuesta del dictador.
La base radioelectrónica de Lourdes (nombre del centro de espionaje) fue instalada en 1964, en el momento de auge de la presencia militar de la antigua Unión Soviética en Cuba, que llegó a ser de 20.000 hombres. El centro fue construido por el servicio de espionaje militar soviético (GRU). En principio contó con 850 técnicos y aumentó a 2.000 antes de reducirse a unos 1.500 tras la desintegración de la URSS en 1991.