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El grupo Hearst quiere lanzar un lector electrónico de periódicos y revistas

El Kindle de Amazon podría tener este mismo año una dura competencia, al menos en parte de las funciones que hasta ahora le son propias. Hearst Corporation, uno de los mayores conglomerados del mundo de medios de comunicación, anuncia que va a lanzar su propio lector electrónico.

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LD (Carmelo Jordá) El lector de libros que hasta ahora ha logrado un mayor éxito en el mercado no ha sido un producto de una gran compañía del sector de la tecnología como Apple o Sony, sino de una tienda en internet. Estamos hablando, por supuesto, del Kindle y de Amazon, que al fin y al cabo es la tienda más conocida del mundo.

Ahora se anuncia la irrupción de otra gran empresa de fuera del sector de la tecnología en el mundo de los reproductores electrónicos de texto: se trata de Hearst Corporation, propietaria periódicos, de algunas de las revistas más conocidas del mundo, de cadenas de televisión...

Según la edición digital de Fortune la compañía ha anunciado que lanzará un lector de textos basado en la tecnología e-Ink, que es la tinta digital de prácticamente todos los dispositivos de lectura electrónica actuales. 

Un enfoque diferente

Pero el lanzamiento de Hearst parte de una visión del mercado muy distina que para los usuarios se concretará en varias diferencias entre las que destacan tres: la pantalla tendrá un tamaño que se acercará al de un folio, sensiblemente mayor que corrientes hoy en día, que no pasan de las seis pulgadas; además tendrá la capacidad de conectarse de forma inalámbrica a internet; y, por último, su formato será semirígido y quizá plegable, en la línea de la propuesta de Plastic Logic que todavía no ha llegado al mercado.

Todo esto se debe a que el producto se ha diseñado pensando más en el mercado de las publicaciones periódicas (revistas y periódicos) que en el de los libros (de ahí el mayor tamaño de pantalla). El modelo de negocio pasaría por comercializar el dispositivo a través de las editoriales y retener un porcentaje de los beneficios que éstas obtuviesen vendiendo a través del aparatito sus propios periódicos y revistas. Incluso permitirían que las empresas implicadas en el proyecto desarrollasen sus métodos particulares de pago y lanzasen el lector con su propia marca.

El producto, que podría suponer una auténtica revolución en el mundo del periodismo, podría estar en el mercado este mismo año.

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