Los inventores de la arroba y el móvil ganan el Príncipe de Asturias
Este año el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica ha recaído en los ingenieros Raymond Samuel Tomlinson y Martin Cooper. Sorprende el premio a Tomlinson, que se concede por elegir la arroba (@) como símbolo de separación entre nombre y servidor para el correo eletrónico.
LD (Daniel Rodríguez Herrera) El desarrollo de internet ha estado muy presente en los premios Príncipe de Asturias. Si el año pasado Google fue galardonado con el de Comunicación y Humanidades, en 2002 se concedió el de Investigación Científica a Lawrence Roberts, Robert Kahn, Vinton Cerf y Tim Berners-Lee, los "padres" de internet, responsables de la creación de los protocolos básicos que permiten la comunicación entre ordenadores en la red de redes. Sin embargo, mientras que los tres primeros son responsables de la arquitectura básica de internet, Berners-Lee es el inventor de una de sus aplicaciones, la web. Con el premio a Tomlinson se ha querido recompensar la creación de otra, el correo electrónico.
Sin embargo, mientras que la creación de la web es debida sobre todo a una única persona, el correo electrónico tiene una génesis más larga y con muchos más padres. La Fundación afirma que en 1971 Tomlinson "desarrolló la primera aplicación de correo electrónico de ARPANet al combinar satisfactoriamente los programas SNDMSG y CPYNET para enviar mensajes entre ordenadores. Eligió el símbolo de la arroba para distinguir los correos locales de los globales en la dirección del mensaje. Poco después, la arroba se convirtió en el icono digital que es hoy".
Así pues, el premio a Tomlinson se concede por haber adaptado a ARPANet, la red precursora de internet, una aplicación que ya existía en otras redes, el correo electrónico, y haber escogido la arroba como símbolo de separación entre el nombre del usuario y el ordenador al que se conectaba el mismo. No precisamente un logro de extraordinaria dificultad o mérito.
Martin Cooper, inventor del móvil
Cosa distinta es la concesión a Martin Cooper, el ingeniero que inventó en 1973 el primer teléfono móvil portátil mientras trabajaba en Motorola y tardó apenas tres meses en tener listo el primer prototipo, con el cual realizó la primera llamada a Joel S. Engel, director de los Bell Labs. Cooper admitió que se inspiró en el communicator que empleaba el Capitán Kirk en la serie Star Trek.
Su equipo desarrolló después el Motorola DynaTAC, que tras diversas mejoras logró en 1983 la autorización de las autoridades norteamericanas para su venta, convirtiéndose en el primer móvil comercial. También es el autor de la Ley de Cooper, el equivalente a la Ley de Moore en las telecomunicaciones, que afirma que cada 30 meses la información transmitida en un determinado rango del espectro radioeléctrico se dobla.
Martin Cooper ha destacado en unas declaraciones remitidas a la Fundación Príncipe de Asturias que "la mitad de los habitantes de la tierra usan ya teléfonos móviles". "Éste es el comienzo de un futuro en el que la tecnología inalámbrica nos conectará a todos dando lugar a la mejora en la productividad, la educación, el entretenimiento, la seguridad, y con un cambio radical en nuestra forma de entender la salud", aseguró Cooper. El ingeniero asegura que es "un honor" recibir el premio.
Al galardón optaban cuarenta candidaturas procedentes de veintiún países y a las últimas rondas de votaciones llegaron también el físico y secretario de Energía del Gobierno de Estados Unidos, Steven Chu, Premio Nobel de Física en 1997, y los bioquímicos Erik de Clercq y Antonin Holý, belga y checo, respectivamente, por sus investigaciones de nuevos tratamientos para el Sida, según informa EFE. También era candidato Steve Jobs, el cofundador de Apple.
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