Brown pide perdón por el maltrato al pionero de la informática Alan Turing
El primer ministro británico, Gordon Brown, ha pedido perdón por el trato que las autoridades de su país dieron al matemático Alan Turing (1912-1954), que se suicidó tras ser condenado y castrado químicamente por su homosexualidad.
Turing, considerado uno de los pioneros en los campos de la informática moderna y la inteligencia artificial, trabajó durante la II Guerra Mundial (1939-1945) en el descifrado de los códigos nazis, particularmente los de la máquina alemana Enigma. Asimismo, el científico dirigió la sección naval Enigma de Bletchley Park, centro inglés de descifrado de códigos germanos durante la contienda, con lo que contribuyó decisivamente a la derrota de la Alemania de Adolf Hitler.
Tras una petición firmada por más de 30.000 personas en la web del 10 de Downing Street, residencia oficial del jefe del Gobierno británico, para exigir una disculpa póstuma por el caso de Turing, Brown pidió hoy perdón por el "horroroso" dispensado al científico. "En nombre del Gobierno británico y todos aquellos que viven en libertad gracias al trabajo de Alan, estoy muy orgulloso de decir: lo sentimos, merecías algo mucho mejor", afirmó el primer ministro.
"Aunque al señor Turing se le aplicó la ley de la época y no podemos volver atrás en el tiempo, su trato fue, por supuesto, completamente injusto y estoy encantado de tener la oportunidad de decir cuánto lo sentimos por lo que le ocurrió", indicó Brown. Según el premier británico, "no es una exageración decir que, sin su extraordinaria contribución, la historia de la Segunda Guerra Mundial bien podría haber sido muy diferente".
El científico John Graham-Cumming, impulsor de la petición remitida a Downing Street, manifestó su sorpresa por el enorme apoyo que ha recibido la campaña y por la respuesta del Gobierno. "Quería que Alan Turing fuera elevado al panteón de los grandes británicos, pero sentía que sería hipócrita hacerlo sin reconocer que el Reino Unido lo trató tan mal", declaró Graham-Cumming.
Peter Thatchell, del grupo defensor de los derechos de los homosexuales Outrage!, se felicitó por la reacción del Brown, pero remarcó que también merecen una disculpa los 100.000 hombres británicos que se calcula que padecieron una pesadilla similar.
Tras la guerra, Turing diseñó uno de los primeros computadores electrónicos programables digitales en el Laboratorio Nacional de Física del Reino Unido, y poco tiempo después construyó otra de las primeras máquinas computerizadas en la Universidad de Manchester.
Robado y castrado químicamente
En 1951, Turing conoció a la salida de un cine en Manchester (norte de Inglaterra) a un joven obrero gay llamado Arnold Murray, con quien pasó varias noches antes de sufrir un robo en su propia casa. El ladrón resultó ser un conocido de su amante homosexual, que solía cometer sus fechorías en las casas de los hombres con los que se acostaba Murray en la creencia de que no le denunciarían por temor a tener que revelar su condición de homosexuales.
Turing, sin embargo, denunció el robo a la Policía y tuvo que admitir que había mantenido relaciones homosexuales, por aquel entonces un delito penado con la cárcel. A cambio de no ir a prisión tras ser condenado por "indecencia", como el escritor Oscar Wilde medio siglo antes, el matemático aceptó someterse a un tratamiento hormonal destinado a inhibir sus tendencias homosexuales.
La castración química hizo que crecieran sus pechos y se abotargara su figura, un cambio físico que le disgustó profundamente. Esa circunstancia, la prohibición de viajar a Estados Unidos, y la publicidad del caso acumularon tanta presión sobre Turing que se acabó suicidando a los 41 años tras comer una manzana envenenada.
Una estatua del matemático sentado en un banco que se inauguró en 2001 en el Sackville Park de Manchester recuerda a uno de los grandes genios del siglo XX.
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