Ese número es el resultado de un estudio llevado a cabo durante seis meses en los campos de refugiados palestinos en el Líbano por el Comité de Diálogo libanés-palestino, la Dirección Central Libanesa de Estadísticas y la Oficina Central Palestina de Censo y Estadísticas.
Por su parte, la directora del organismo libanés de estadísticas, Marel Tuturian, detalló que los 174.422 refugiados palestinos viven en la actualidad en 12 campamentos y 165 aglomeraciones colindantes a ellos, y el 45% de ellos reside en los campos. Que la mitad de los palestinos en Líbano sigan viviendo en campos de refugiados décadas después de su llegada no deja de ser el más dramático ejemplo del trato que los países árabes han dado a los refugiados, al mismo tiempo que los usaban de ariete para atacar a Israel.
Tuturian dijo que la mayor parte de ellos están asentados en las ciudades sureñas de Sidón (35,8%) y Tiro (14,7%), mientras que en el norte del país viven un 25%, y un 13,4% se encuentran en la capital, Beirut, aparte de en otras zonas del interior.
Además, explicó que los resultaron revelaron un "cambio demográfico en el interior de los campamentos", ya que en algunos de ellos los palestinos se han convertido en minoría, como en el de Chatila (Beirut), donde un 57,7% de los residentes son refugiados sirios. Asimismo, en los campamentos hay un 7,4% de refugiados palestinos que proceden de Siria y se han visto desplazados por segunda vez.
Pese a que el estudio ha desvelado que la Oficina de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA, por sus siglas en inglés) lleva décadas mintiendo, Hariri prometió que luchará contra los intentos de inhabilitar esta agencia de la ONU, que ha demostrado ya su ineficacia y no pocos problemas éticos.
Eso sí, Hariri añadió también que el Líbano no "naturalizará" a los palestinos, es decir, que con la excusa de no afectar a la identidad de los palestinos se ahorra concederles los derechos básicos de ciudadanía.