El pasado día 27 dentro de los Microespacios de Radio 5 de RNE se emitió una edición del programa Oriente Medio en el objetivo en el que, tal y como han denunciado diferentes colectivos, se justificó el asesinato de civiles israelíes inocentes.
El responsable y conductor del espacio es Majed Dibsi, periodista de origen palestino que trabaja en las emisiones en árabe de la cadena pública y que dice ser representante en Europa de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) de Mahmud Abas, es decir, un profesional en el polo opuesto de la neutralidad y la objetividad.
El espacio tiene una duración de poco más de cinco minutos y empieza con la lectura de un texto de una periodista israelí Amira Hass, conocida por la dureza de sus posiciones contra Israel. El texto sirve al locutor, que se expresa con un evidente acento árabe, para explicar que las palabras que acaba de leer no las dice él ni nadie que "podría ser tildado de antisemita por parte del aparato de propaganda sionista".
Acto seguido, Dibsi habla de que hay imágenes "en los medios de comunicación sociales y en las cadenas de todo el mundo" que demuestran que tanto soldados como "colonos israelíes armados hasta los dientes acribillan a los adolescentes palestinos dejándolos sangrar hasta morir", de lo que pone de ejemplo lo ocurrido a "una joven de 17 años en Hebrón" de la que sin embargo no da el nombre.
Los siguientes segundos del programa son hacerse eco de "un corresponsal en Jerusalén", al que tampoco se cita por su nombre, y que explica que los terroristas palestinos tienen edades entre 14 y 25 años, que han nacido en su mayoría "después de la conferencia de Madrid" y que viven "sin esperanza", viendo "como les humillan a sus familiares (sic), como les confiscan la tierra, como los colonos les queman como pasó con la familia Daubasha", un crimen cuyos responsables ya están en una prisión israelí.
Dibsi va dibujando un dramático retrato de la juventud palestina, con datos que en no pocos casos son falsos como que "tienen prohibido visitar Jerusalén", cuando muchos de los terroristas detenidos o abatidos en las últimas semanas vivían en Jerusalén.
"Saben que van a morir por el mero hecho de llevar un cuchillo o una piedra" dice Dibsi como si los ataques terroristas no existiesen, para segundos después hablar de "han optado por este desafío antes de morir de todos modos como corderos llevados al matadero, en silencio" y, finalmente decir que "no hay que criticar a la víctima" dando a ese nombre no a los asesinados sino a los terroristas que acuchillan o atropellan inocentes.
La conclusión es clara: es mejor morir asesinando judíos y no debemos criticar a los asesinos sino que tenemos que considerarlos víctimas, por brutales que sean sus crímentes.
Comparando a Blair con Hitler
La parte final del programa la dedica, sorprendentemente, a criticar a exprimer ministro británico Toni Blair. "La zona de oriente medio se desangra" empieza Dibsi, afirmando que "el problema palestino sigue siendo la clave y la piedra angular" de lo que ocurre en el área, como si el Estado Islámico o la guerra en Siria estuviesen relacionados con Israel.
De hecho, llega a afirmar que "el terrorismo yihadista cruel e inhumano es fruto de la injerencia injusta y la dominación que ejerce occidente en la zona" explica afirmando que eso es lo que dijo Tony Blair cuando criticó la Guerra de Irak, lo que no refleja ni mucho menos las verdaderas palabras de Blair y, además, contrasta con el hecho de que tanto el terrorismo árabe como el musulmán se dan muchos años antes de esa guerra, sin ir más lejos el atentado del 11S fue varios años anterior.
En el colmo del cinismo, Dibsi amenaza a Blair comparándolo con Hitler: "Fue criminalizado (sic) por algo similar" dice en un claro ejemplo de trivialización del Holocausto, para terminar con una extraña pero repugnante mención al terrorismo en nuestro país: "Por muchísimo menos los familiares de las víctimas en otros lugares no han aceptado el perdón, ese ejemplo (sic) España".
Es la segunda polémica en la que Radio Nacional se ve envuelta en los últimos meses por programas de marcado carácter antisemita, después de las protestas en agosto por un programa que acusaba a los judíos de adorar a Satán.