"Siguiendo el mandato del comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Rusia, Vladímir Putin, nuestros aviones han comenzado hoy la operación aérea". El portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Ígor Konashénkov, ha anunciado este miércoles el inicio de los ataques rusos contra Estado Islámico en Siria. Los primeros objetivos alcanzados por los cazas de combate han sido material bélico yihadista, centros de comunicaciones y depósitos de armas, municiones y combustible.
En las últimas semanas, habían sido bastantes las fuentes internacionales que hablaban de un aumento importante de medios de guerra rusos en Siria, más allá de la habitual presencia de asesores militares. Se hablaba de un relevante aumento de cazas de combate en la base militar situada en el aeropuerto de Latakia e, incluso, de la presencia de tropas terrestres rusas en combates contra Estado Islámico.
Las imágenes de cazas de combate y helicópteros de ataque a tierra que se han hecho públicas en los últimos días evidencian que Moscú estaba dando un giro de tuerca más en su estrategia de apoyo al régimen de Bashar Al Asad. Una decisión que ha tomado mientras los países occidentales tratan de negociar con Putin un apoyo a la campaña contra los yihadistas pero sin apoyo al régimen sirio, algo a lo que se niega Moscú, que hace ya cuatro años vetó en la ONU el apoyo internacional a los rebeldes moderados sirios.
La intención de Vladimir Putin es la de blindar los bastiones que siguen en poder del régimen de Al Asad ante las continuas derrotas que en los últimos meses han venido sufriendo las tropas gubernamentales ante el avance de Estado Islámico, el Frente Al Nusra (marca próxima a Al Qaeda) y otras milicias islámicas, a la vez que buscan crear un área de protección sobre la base naval de Tartus, un legado de la era soviética y único puerto ruso en el Mar Mediterráneo.
La televisión francesa TF1 hizo públicas el lunes unas imágenes grabadas en el aeropuerto de Latakia, de uso civil y militar, en las que se puede apreciar la presencia de cazas Sukhoi Su-24 y helicópteros de ataque Mil Mi-24. Cazas y helicópteros estaban cubiertos por un lona, lo que impedía ver los emblemas y por tanto saber si eran unidades de los escuadrones rusos o unidades entregadas para el uso de la propia fuerza aérea siria.
También se podían ver en las imágenes la presencia de un avión de transporte Antonov An-124, este sí con los emblemas de la fuerza aérea rusa, con capacidad para trasladar contenedores de material material, tropas terrestre o, incluso, carros de combate.
Ayer martes, el portal The Aviationist informaba de la llegada al aeropuerto de Latakia de seis cazas Sukhoi Su-34, acompañados de un avión de transporte Tupolev Tu-154M de la Fuerza Aérea rusa, que según los radares internacionales abandonaron su país por el Mar Caspio y, tras sobrevolar los cielos de Irán e Irak, entraron en espacio aéreo de Siria.
Las cifras reales de la llegada de material aéreo ruso a Siria no están cuantificadas. Por un lado, porque Rusia no está aportando datos. Por el otro, porque según varios expertos internacionales los cazas están volando con los transpondedores apagados y detrás de aviones de transporte de la Fuerza Aérea rusa. Siguiendo este patrón han sido fotografiados y grabados en las últimas semanas sobre espacio aéreo sirio e iraquí.
Expertos internacionales, analizando las imágenes tomadas por satélite del aeropuerto de Latakia que se han hecho públicas en los últimas semanas, han podido contabilizar hasta cuatro cazabombarderos Sukhoi Su-24, doce del tipo Sukhoi Su-25, doce de tipo Sukhoi Su-30, así como decenas de helicópteros de ataque. Pese a esto, no se sabe cuáles son rusos y cuáles han sido enviadas como refuerzo para las fuerzas armadas sirias.