El periodista estadounidense James Foley, decapitado por los yihadistas del Estado Islámico (EI) en Siria, y al menos otros tres rehenes fueron sometidos a la tortura de la "bañera", un simulacro de ahogamiento, según reveló este viernes el Washington Post.
Estas supuestas prácticas tuvieron lugar a principio de su cautiverio -Foley fue secuestrado en noviembre de 2012- y se repitieron en varias ocasiones, según relataron al diario fuentes conocedoras de la situación de los rehenes occidentales del EI en Siria.
La llamada tortura de la "bañera" es una práctica usada en los interrogatorios de reos para forzar confesiones y que la CIA reconoció haber aplicado con presuntos terroristas tras los atentados del 11 de septiembre. El presidente Barack Obama prohibió este método al llegar a la Casa Blanca y lo condenó por ser una forma de tortura. Se trata de un ahogamiento controlado en el que se inmoviliza al reo (atado a una silla con el respaldo en el suelo o colgado boca abajo), se le tapa la cara con un trapo y se le vierte agua encima, que inmediatamente penetra en las vías respiratorias causando una sensación de asfixia.
Ni la familia de Foley ni el FBI han confirmado que los rehenes del EI en Siria hayan sido víctimas de estas prácticas. El asesinato de Foley, que se conoció este mes cuando los yihadistas publicaron el vídeo de su decapitación, ha sacudido la opinión pública estadounidense e incrementado la presión al Gobierno de Obama para que intervenga en Siria de la misma manera que lo ha hecho en Irak para frenar a los yihadistas.
El EI aseguró que la muerte de Foley es una consecuencia directa de los ataques selectivos de Estados Unidos sobre sus posiciones en Irak. En ese mismo vídeo los yihadistas amenazaron con matar a otro periodista estadounidense, Steven J. Sotloff. Al menos otros dos estadounidenses permanecen secuestrados por este grupo.