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"Cristina Kirchner quiere que su candidato pierda para volver al poder en 2019"

Álvaro de Lamadrid, abogado y dirigente de la Unión Cívica Radical, opina sobre las próximas elecciones en Argentina y lanza importantes reflexiones.

Las elecciones presidenciales argentinas están a la vuelta de la esquina y la principal novedad es que el apellido Kirchner no estará entre los candidatos, al menos en las papeletas. De lo que no hay duda es que la sombra de Cristina Fernández de Kirchner domina gran parte de la actual coyuntura política del país.

A primera vista, una de las principales novedades es que a partir de este fin de año, Argentina será gobernada por alguien diferente a los Kirchner. Tres candidatos se disputarán la presidencia: Daniel Scioli, del oficialista Frente para la Victoria, el exkirchnerista Sergio Massa, de Unidos por una Nueva Alternativa, y Mauricio Macri de la coalición Cambiemos que agrupa a partidos de oposición. Aunque tuvo un inicio algo dudoso, Scioli se ha colocado hace algunos meses al frente de las encuestas.

Para el abogado Álvaro de Lamadrid, dirigente del histórico partido de la Unión Cívica Radical (UCR), lo ocurrido en los últimos años no tiene precedentes: "Fue la época de la política del poder bruto en la Argentina, el poder de mandar, de doblegar, de rendir al otro, de avasallar al adversario, de silenciarlo". Por eso, no ve con buenos ojos el futuro más próximo, en especial si el oficialismo gana en primera vuelta, una posibilidad que parece cercana: "Sería acentuar el autoritarismo, la violencia política y la corrupción en la Argentina".

En una entrevista para Libertad Digital, De Lamadrid –autor de El pingüino emperador, un repaso por los escándalos de corrupción del matrimonio Kirchner– parece ir en contra de gran parte de los comentaristas políticos de su país. No cree que la victoria de Scioli sea algo deseado por la presidenta, algo que no parecería lógico al tratarse de su candidato: "Tengo una mirada diferente ya que todos creen que Scioli será algo así como la continuidad del kirchnerismo, que el kirchnerismo lo va a manejar, que va a ser un títere, una marioneta". Desde su punto de vista –y porque dice conocer la "perversidad" de la presidenta– en realidad ella "quiere que Scioli pierda las elecciones pero como no tiene asegurado que eso suceda ha colocado a Carlos Zannini como candidato a vicepresidente". Su explicación es sencilla: "La presidenta quiere volver al poder en el 2019 y lo ve más fácil si se diera un triunfo de la oposición a quien extorsionaría, impediría sacar leyes, haría un obstruccionismo legislativo y gremial y le dificultaría la gobernabilidad". En cambio, en caso de ganar Scioli, ganaría "todo el peronismo que se va a encolumnar detrás de Scioli y su idea de volver va a quedar sepultada".

Lo que es cierto es que el gran favorito para ganar esta primera vuelta es Scioli y pocos contemplan la posibilidad de un acuerdo entre Mauricio Macri y Sergio Massa para evitarlo. "Es difícil que suceda por dos cuestiones: Massa es un desmembramiento del oficialismo del peronismo, y Macri ha cometido la torpeza de hablar mal de Massa, en algunas situaciones con razón, pero ha sido muy descortés y yo creo que ese voto peronista sería muy difícil", apunta De Lamadrid.

Oposición que no convence

Otro de los problemas es que muchos de los que apuestan por una alternativa de oposición no ven a Macri como su esperanza a tal punto que el periodista Jorge Lanata –cuya posición es contraria al actual régimen– señaló hace unos días al semanario Perfil que "la oposición no logró articular una propuesta interesante para la gente" y que además "se ha presentado muy dividida y con discusiones muy miserables, pequeñas, de cargos y de listas". De Lamadrid señala que "lo único bueno que ha encontrado la sociedad en Macri es la posibilidad de ganarle al kirchnerismo, tal y como ocurrió con Henrique Capriles en Venezuela". Cree que "cuando un candidato lo único que ofrece es mostrarse como un instrumento para ganarle al oficialismo de turno, la verdad que es muy poco esperanzador y enamora muy poco".

El abogado no es optimista y afirma con firmeza que "es la elección más triste en el momento más importante de la Argentina". Se explica: "La gente ve que Macri tiene posibilidades de llegar al ballotage pero no se ve una gran alegría. Es dramático porque estamos entrando en una situación de un partido único, absoluto".

Finalmente cree que de ganar Scioli "los kirchneristas se van a ser sciolistas" y si ocurre "el kirchnerismo se termina". "Esta es la paradoja de la Argentina que no se entiende –concluye–, la gente cree que votando a Macri se termina con el kirchnerismo y lo que verdaderamente lo termina al kirchnerismo es el triunfo de Scioli, sin que eso sea bueno para el país; se mantiene lo mismo, es el mismo perro pero con distinto collar".

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