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Margallo, plantado por Castro tras su desplante a la disidencia

El ministro lanzó mensajes sobre la necesidad de que se aceleren las reformas pero no vio a la disidencia. A pesar de ello, Castro no lo recibió.

El ministro lanzó mensajes sobre la necesidad de que se aceleren las reformas pero no vio a la disidencia. A pesar de ello, Castro no lo recibió.
José Manuel García-Margallo | Efe

El ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo, culminó este martes su primera visita oficial a Cuba sin poder ver al dictador Raúl Castro, pese a no haberse reunido con la disidencia haciendo caso omiso a algunos de los colectivos de la oposición.

No figuraba en la agenda oficial pero se daba por hecho que Raúl Castro recibiría al ministro, que finalmente se tuvo que conformar con entrevistarse con el primer vicepresidente de la isla, Miguel Díaz-Canel, número dos del Gobierno cubano.

Ni la parte cubana ni la española han explicado los motivos de ese "plante" de Raúl Castro a Margallo, quien este lunes impartió en La Habana una conferencia sobre la Transición Española en la que, sin mencionar expresamente a Cuba, ensalzó el pluralismo, el consenso y las libertades políticas.

En los últimos meses, Raúl Castro ha recibido a cancilleres de países como México o Panamá. También se entrevistó en 2010 con el antecesor de Margallo, el socialista Miguel Ángel Moratinos; y el pasado diciembre con el presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijoo, el mayor representante del Partido Popular en visitar la isla hasta la visita del actual ministro de Exteriores.

"Ritmo más rápido" en las "reformas"

Margallo concluyó su agenda en Cuba con una declaración ante los medios sin opción a preguntas, donde expresó el deseo de España de que las reformas económicas puestas en marcha por el gobierno de Raúl Castro lleven "un ritmo más rápido", para que dejen mayor margen a la iniciativa privada y la inversión extranjera.

En concreto, se refirió a la necesidad de "descentralizar la toma de decisiones", algo que "redundaría en un mayor crecimiento económico, que se traduciría en una mayor prosperidad de los cubanos".

El jefe de la diplomacia española también mencionó la situación de los expresos políticos y pidió a Cuba que deje viajar a la isla a aquellos que fueron excarcelados y trasladados a España entre 2010 y 2011, en virtud de un acuerdo de la Iglesia cubana, la dictadura y el gobierno Zapatero. En total, fueron excarceladas en esos dos años 127 personas, de los que 115 viajaron a España junto a sus familiares, lo que sumó en total más de 750 personas.

Quedan en la isla doce disidentes del llamado "grupo de los 75", opositores reprimidos en la Primavera Negra de 2003, que se negaron a exiliarse a España y fueron excarcelados bajo la figura de la "licencia extrapenal", que mantiene vigentes las condenas, por lo que no se les permite viajar.

García-Margallo señaló que en sus encuentros con autoridades cubanas, como Díaz-Canel o el canciller Bruno Rodríguez, se interesó por la "situación" de esas doce personas, "para que se les deje salir de la isla", grupo en el que figuran disidentes como José Daniel Ferrer, Ángel Moya, Héctor Maseda o Marta Beatriz Roque.

Con estas declaraciones, el ministro puso sobre la mesa el asunto de los disidentes, después de que grupos de cubanos en el exilio le pidieran que se reuniera con opositores durante su visita y que intercediera ante las autoridades cubanas por los miembros del "Grupo de los 75" que permanecen en la isla. Sin embargo, la agenda del ministro no ha incluido encuentros con grupos disidentes.

En su intervención ante los medios, el ministro español precisó que su visita a Cuba "se enmarca dentro de la normalidad de las relaciones bilaterales entre los dos países", y agradeció la "hospitalidad" y "cálida acogida" del pueblo cubano.

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