Según una información revelada por el diario ruso Kommersant, Rusia reabrirá una base de la era soviética que servía para espiar desde la isla a Estados Unidos, después de la firma de un acuerdo provisional entre Vladimir Putin, que visitó la isla hace unos días, y la dictadura de Raúl Castro.
Esto supondrá la reapertura de la base de Lourdes, al sur de La Habana. Estas instalaciones llegaron a contar con hasta 3.000 empleados y se convirtieron en el mayor centro operado por Moscú en el extranjero para recabar señales de radio. La base, situada a 250 kilómetros de la costa estadounidense, también sirvió para proveer comunicaciones a los barcos rusos hasta su cierre –por ahorro de costes y, según otras informaciones, ante peticiones de EEUU– en el año 2001.
El sofisticado complejo de radares, capaz de captar señales electrónicas a casi 2.000 kilómetros y cubrir casi todo el territorio estadounidense, fue instalado en el suburbio de El Wajay, al suroeste de La Habana, en 1964, en el cenit de la presencia militar soviética en Cuba.
El diario, que cita fuentes del Kremlin, señala que "hoy su utilidad será incluso mayor, ya que a diferencia de entonces, Rusia no tiene medios de espionaje electrónico en el espacio y sus capacidades para interceptar comunicaciones mediante la flota son incomparablemente menores". Además, un alto funcionario ruso se refirió a la situación con EEUU y señaló que "nuestras relaciones se deterioraron mucho antes de Ucrania. En realidad nunca han mejorado, salvo algunos periodos puntuales que han sido la excepción a la regla".