El presidente ecuatoriano ha demostrado las enormes contradicciones en las que cae cuando se refiere, entre otras cosas, a temas relacionados con el medio ambiente. Y esto ha sucedido en apenas pocos días. Un nuevo caso de "doble moral ecológica".
La última idea de Rafael Correa ha sido proponer una consulta popular para eliminar los periódicos en papel y así evitar la tala indiscriminada de árboles. Lo hizo como reacción a las críticas por otra de sus ideas: la explotación petrolera en una zona del Parque Yasuní, declarado reserva mundial de la biosfera por la UNESCO en 1989.
Lo que parece estar bastante claro es que la idea de Correa para eliminar el papel utilizado para las ediciones impresas de los diarios no viene de su conciencia ecológica, sino más bien un nuevo ataque a la prensa. "Ahora los mayores 'ecologistas' son los diarios mercantilistas. Bueno, si vamos a consulta popular propondremos también diarios solamente digitales para ahorrar papel y evitar tanta tala indiscriminada de árboles. No se dejen engañar", señaló a través de las redes sociales.
Es decir, que se trataría más bien de una suerte de venganza ante la oposición de varios sectores, prensa incluida, de otra polémica iniciativa: iniciar la actividad petrolera en una zona natural protegida. Para lograr esto, el presidente ya firmó el decreto 74 por el que da por acabada la iniciativa Yasuní-ITT, un compromiso para mantener preservada indefinidamente y mantener como zona intangible la Amazonía ecuatoriana. Ahora esto ya no ocurrirá. Para Correa en esa zona "tenemos decenas de miles de millones de dólares que el pueblo ecuatoriano necesita con urgencia, así que evaluaremos objetiva, seria y responsablemente".
Esto le provocará más de un problema. No sólo ha hecho que muchas organizaciones ecologistas se levanten en protesta, sino que tiene ya como gran crítico a Alemania, su principal socio internacional en la recepción de fondos para el proyecto. Sebastian Lesch, portavoz del Ministerio de Cooperación alemán, ya ha puesto en duda la cooperación con Ecuador y señaló que tendrá que estudiar la concreción de la decisión y sus efectos sobre el acuerdo bilateral.
Es decir que en apenas dos años ha cambiado de opinión. En una conferencia realizada en septiembre de 2011 en The New School for Social Research, en Nueva York, Correa dijo que en términos económicos, lo mejor sería explotar el petróleo de esa zona, pero que pese eso Ecuador prefiere renunciar a ello.
Además de eso, el tono de Correa ante esta crisis con varias agrupaciones ecologistas ha estado más cercano a la ironía. El pasado sábado retó a estos movimientos contrarios a la explotación petrolera del Parque Nacional del Yasuní, a solicitar la consulta popular sobre esta decisión a través de la recogida de firmas y no sólo a través de la Asamblea Nacional como establece la Constitución en estos casos: "Si quieren una consulta, de acuerdo, vamos a la consulta. Pero no sean vagos, recojan las firmas si tienen tanto apoyo. Estamos seguros que el pueblo ecuatoriano confiará en nuestra palabra y venceremos nuevamente".
La idea sobre eliminar el papel para la prensa ya ha provocado reacciones. Fernando Larenas, editor general del Grupo El Comercio, de Quito, señaló al diario La Nación de Costa Rica que "tengo muchísimas dudas de que realmente se llegue a concretar esto porque entonces no se podrían imprimir libros, textos escolares ni los mismos medios oficiales que tiene el Gobierno". Además, atribuyó la reacción de Correa a un enojo por la reacción a su propuesta de explotar la Amazonía. Sin embargo aclara que "los que salieron a protestar el fin de semana fueron los jóvenes, no la prensa" por lo que su propuesta sobre eliminar el papel es "absolutamente descabellada".