La asunción de Peña, prevista para el 1 de diciembre, implicará el retorno al poder del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernó México por 71 años hasta 2000, a menudo entre acusaciones de corrupción y autoritarismo.
El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) desechó el jueves una petición del excandidato izquierdista Andrés Manuel López Obrador para anular los comicios alegando compra de votos, desvío de fondos públicos y hasta uso de encuestas a favor de Peña, un abogado de 46 años.
Los magistrados no encontraron pruebas contundentes en las denuncias sobre irregularidades. "Procede declarar válida la elección de presidente de los Estados Unidos Mexicanos y declarar a Enrique Peña Nieto como presidente electo", dijo el presidente del tribunal, Alejandro Luna Ramos, durante una sesión pública. Además, el tribunal calificó las elecciones de "auténticas" y regidas por los principios de "certeza, equidad, imparcialidad, objetividad y transparencia".
La victoria del candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) se fundamentó en que recibió 19.158.592 votos, un 38,2% de todos los emitidos, por delante de los 15.848.827 (31,6 %) que respaldaron a López Obrador.
Primeras palabras de Peña Nieto
El fallo abrió paso a la entrega a Peña Nieto de la constancia oficial como presidente electo, en una ceremonia celebrada este viernes en las instalaciones del TEPJF, ubicada en el sur de la capital mexicana.
En su primer mensaje como mandatario electo, destacó el trabajo de ese órgano, que "garantizó la legalidad de proceso electoral", y pidió a los partidos dejar de lado las diferencias y construir acuerdos para realizar "transformaciones de fondo" que el país necesita.
El político, que vestía traje negro y corbata verde, dijo a sus adversarios que tras intensos meses de campaña ahora lo que corresponde es "enfrentar juntos todos los grandes desafíos del país". "Es el momento de iniciar una nueva etapa trabajo corresponsable y de unidad", afirmó solo unas horas después de que el líder de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, desconociera su triunfo y llamara a la desobediencia civil.