Emmanuel Macron ha sido el último de los candidatos en salir a dar sus impresiones a aquellos que se congregaron para seguir con él los resultados. Al discurso derrotista de Hamon, el dubitativo Melenchon, el resignado Fillon y una exultante Le Pen, el que fuera ministro con Hollande ha optado por una intervención que diera más importancia a la palabra que a las emociones desatadas.
Tras decir que los franceses habían expresado su voluntad en las urnas y recordar uno a uno a los candidatos a la presidencia que no competirían en la segunda vuelta, Macron ha reconocido como un gran honor poder competir por la presidencia al menos dos semanas más. Ha reconocido a su vez la labor de los voluntarios, su enorme esfuerzo durante la campaña, y les ha pedido que no dejasen de ser gente valiente y crítica. "En un año hemos cambiado la cara de la política francesa", dijo un eufórico Macron ante sus partidarios en el Palacio de Congresos de Puerta de Versalles, en París.
Tiempo ha habido también para agradecer, de manera más personal, a todas aquellas personas que le han apoyado, que están y que ya no pueden estar entre nosotros. Mención especial para su mujer, Brigitte, "sin la cual no sería quien soy ahora mismo". A dos semanas de la segunda prueba, Emmanuel Macron ha llamado a unir a los franceses para cambiar Francia, para abrir una nueva etapa y reconstruir de manera efectiva una nueva Unión Europea. El desenlace, el próximo 7 de mayo.