El ministro francés de Interior, Bernard Cazeneuve, ha anunciado "medidas excepcionales" de seguridad en la manifestación prevista para mañana en París, que se espera reúna a centenares de miles de personas.
En rueda de prensa, Cazeneuve dijo que se movilizará a más de 2.000 policías y 1.350 militares para garantizar la seguridad en la llamada "marcha republicana", en solidaridad con los doce fallecidos en la masacre del semanario satírico Charlie Hebdo, el miércoles, y los cinco muertos en dos atentados posteriores.
Habrá otros 150 policías de civil para proteger a los numerosos jefes de Estado o de Gobierno extranjeros que participarán en la marcha y también tiradores en los tejados de París, además de los múltiples motoristas que acompañarán la marcha.
La manifestación partirá a las 15.00 hora local desde la Plaza de la República y confluirá en la Plaza de la Nación, con dos itinerarios distintos por el centro de París para facilitar su fluidez. La marcha, que se prevé histórica y masiva, recordará a los fallecidos en los atentados terroristas de esta semana en Francia.
La manifestación fue convocada poco después de la masacre en el semanario satírico, cometida por dos yihadistas que fueron abatidos ayer por las fuerzas especiales francesas. Dos atentados posteriores costaron la vida a otras cinco personas, de ellas cuatro en la toma de rehenes en un supermercado judío de París, cuyo responsable también murió ayer en el asalto policial.
La marcha de mañana estará encabezada por el presidente de Francia, François Hollande, lo que no ocurría en este país desde 1990, cuando el también mandatario socialista François Mitterrand participó en una manifestación contra la profanación de un cementerio judío.
El primer ministro francés, Manuel Valls, dijo hoy que esa marcha debe ser una muestra de "unidad" y una reivindicación de la "laicidad" de Francia, así como de los valores de la República que fueron amenazados por los atentados terroristas de esta semana.
En ella participarán numerosos dirigentes extranjeros, como el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy; el primer ministro británico, David Cameron, la canciller alemana, Angela Merkel, o el jefe del Ejecutivo turco, Ahmet Davutoglu, como muestra de repulsa al terrorismo.