Este fin de semana el papa Francisco realizará uno de los viajes más esperados al visitar Tierra Santa. En apenas tres días visitará Jordania, los territorios palestinos e Israel. Allí tendrá una actividad frenética. Se reunirá con la minoría cristiana pero el viaje tiene un importante cariz ecuménico pues coincide con el 50 aniversario de la visita de Pablo VI a Tierra Santa y su encuentro con el patriarca de Constantinopla, Atenágoras, primer encuentro entre ambos primados desde 1439.
El papa Francisco, que tiene un vinculo especial con la comunidad judía desde su etapa en Buenos Aires, vivirá un momento de especial emoción en Jerusalén al poder celebrar la Eucaristía en uno de los lugares más importantes para los cristianos, el Cenáculo. En este lugar fue donde se llevó a cabo la Última Cena de Jesucristo con sus discípulos y en el que tras la Resurrección recibieron el Espíritu Santo en Pentecostés.
La Iglesia Católica reivindica desde hace décadas este lugar aunque hasta el momento no ha llegado a un acuerdo con Israel puesto que en este mismo espacio pero en la planta inferior es donde los judíos veneran la tumba del Rey David. Por tanto, siempre ha sido un elemento de fricción entre ambas comunidades.
Sin embargo, llevan décadas buscando una solución que pueda contentar a cristianos y a judíos. Y el viaje de Francisco, con visita incluida al Cenáculo coincide con unas negociaciones que podrían estar más cerca que nunca de llegar a buen término.
El embajador de Israel en España, Alon Bar, confirmó este martes a Libertad Digital que el gobierno de Tel Aviv está buscando junto al Vaticano "algún tipo de soberanía compartida" sobre este santo lugar para los cristianos aunque indicó que aún no conoce la "fórmula concreta que se aplicará".
Sin embargo, este avance en la negociación ha provocado la ira de grupos extremistas judíos que durante los últimos meses han perpetrado decenas de ataques contra iglesias cristianas en la zona aunque el embajador afirma que "son grupos minoritarios que en ningún modo expresan el sentir del conjunto de los israelíes". E incluso llegó a afirmar que estos grupúsculos podrían intentar hacerse oír durante la visita del Papa a Jerusalén.
Esta negociación entre la Santa Sede e Israel se ha alargado durante años y para conseguir la tutela del Cenáculo el Vaticano podría ofrecer contrapartidas. Según informa Infovaticana, y tal y como ya han publicado en otros momentos de las negociaciones medios israelíes, la oferta de la Iglesia estaría ya definida y faltaría la aceptación por parte de Israel.
En este sentido, la Iglesia Católica ofrecería a la comunidad judía un edificio simbólico para los judíos, la Sinagoga de Toledo. La Iglesia podría utilizar y gestionar el Cenáculo a cambio de un signo histórico en la ciudad de las tres culturas y que ahora pertenece a la Iglesia aunque actualmente no hay culto en ella y es utilizada de museo.
Sin embargo, esta especie de permuta no gusta a una parte de la comunidad judía puesto que no está dispuesta a ceder el Cenáculo a pesar de recibir una histórica sinagoga por lo que la presión a las autoridades israelíes será bastante fuerte y podría retrasar el anuncio.
La antigua sinagoga, y actual iglesia de Santa María la Blanca, fue construida en Toledo en 1180 y funcionó como tal durante 211 años hasta que en 1391 fue expropiada a la comunidad judía y, tras distintos usos durante siglos, fue convertida en un templo católico.
Es una de las joyas arquitectónicas de Toledo, de estilo mudéjar, financiada por los judíos de Toledo y construida por canteros árabes y que ha servido como ejemplo para la construcción de numerosas sinagogas en todo el mundo.