Una Escocia independiente mantendría la libra británica como moneda, a la reina y seguiría siendo miembro de la Unión Europea, pero tendría sus propias fuerzas de defensa y recaudaría sus propios impuestos, ha explicado este martes el ministro principal escocés, Alex Salmond, en el informe que sustenta sus planes independentistas para este territorio.
En el documento, de 670 páginas, que busca convencer a los escoceses de que voten a favor de la independencia en el referéndum del 18 de septiembre del próximo año, Salmond asegura que no será necesario subir los impuestos si Escocia rompe su unión con Inglaterra de 306 años. "Sabemos que tenemos a las personas, las capacidades y los recursos para hacer a Escocia un país más exitoso", ha defendido Salmond.
El ministro principal, líder del Partido Nacional Escocés (SNP), ha dejado claro que los impuestos escoceses no se gastarán en programas nucleares y que los misiles nucleares de Reino Unido serán retirados de Escocia. "La independencia pondrá a los ciudadanos de Escocia a cargo de nuestro propio destino", ha asegurado. El SNP espera que el documento presentado este martes sirva para ganarse a los más escépticos, ya que los sondeos sitúan por detrás a los independentistas de cara a la referéndum, y aclarar las dudas que la eventual independencia plantea para los ciudadanos.
Durante la presentación del documento, El futuro de Escocia: tu guía para una Escocia independiente, Salmond ha defendido que "este es el proyecto más exhaustivo para un país independiente publicado hasta ahora, no solo para Escocia". Además, según informa la BBC, ha añadido que "es una declaración de misión y una propuesta para el tipo de país que deberíamos ser y que este gobierno cree que podemos ser".
"Nuestra visión es una Escocia independiente que recupere su lugar como un miembro igual de la familia de naciones, sin embargo, no buscamos la independencia como un fin en sí mismo, sino como un medio para cambiar Escocia para mejor", ha asegurado el ministro principal.
Último sondeo
A falta de menos de un año para la consulta, buena parte de los cinco millones de escoceses se muestran aún indecisos. El último sondeo, publicado esta semana por el Sunday Times, apunta a que la brecha se ha reducido, con un 47 por ciento en contra de salir de Reino Unido, un 38 por ciento a favor y un 15 por ciento indeciso.
Los tres principales partidos políticos en Reino Unido se han pronunciado en contra de la independencia, advirtiendo de que Escocia estará en una situación económica peor y no será capaz de defenderse o de proyectar poder en la escena internacional como lo es dentro de Reino Unido.
Los unionistas se han visto reforzados en sus argumentos en las últimas semanas por dos informes de instituciones financieras. Uno de ellos advirtió de que Escocia tendría que subir los impuestos y reducir el gasto, ya que los ingresos por el petróleo en el mar del Norte se reducirían y su población envejece, mientras que el segundo advirtió de que la indepedencia complicaría las pensiones transfronterizas.