El consejo de cardenales, el ya conocido como G-8, ha estado tres jornadas de reuniones en el Vaticano con el fin de ayudar y asesorar al papa Francisco en el Gobierno de la Iglesia. Han sido tres días intensos con reuniones durante la mañana y la tarde y en las que el Pontífice ha asistido a bastantes de ellas. En la mesa estaban varios puntos importantes y las sugerencias de obispos, sacerdotes y laicos de los cinco continentes.
En dichas reuniones ha estado muy presente el Cónclave y las congregaciones generales en las que los cardenales hablaron sobre los problemas y retos de la Iglesia antes de elegir Pontífice. Precisamente, la idea de formar este consejo formado por ocho cardenales surgió tras las propuestas realizadas durante los días previos al Cónclave.
La reforma de la Curia fue también uno de los temas principales que se trataron durante esos días. Y muchos son los que piensan que Francisco fue elegido entre otros motivos para hacer esta reforma que se hacía tan necesaria y que quedó en evidencia tras los escándalos del llamado caso Vatileaks.
Y esto es precisamente lo que este grupo de cardenales ha realizado estos días tras su elección por el Papa: cumplir lo que los cardenales querían. De este modo, el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, ha confirmado a los medios que durante estas jornadas este selecto grupo ha trabajado sobre la reforma profunda de la Curia.
El Papa ha ido explicando durante estos meses de Pontificado cuál es la función de la Iglesia así cuales deben ser los trabajos de la Curia. Tampoco ha tenido problema en reconocer los problemas, las limitaciones y las cosas que no alcanza a realizar esta Curia.
Habrá una reforma total de la Curia vaticana
A tenor de lo anunciado por Lombardi, la reforma no estará hecha de parches sino que dará una vuelta entera a la Curia tal y como la conocemos en estos momentos. "La orientación no es la de una actualización de la Constitución 'Pastor Bonus', con retoques o modificaciones marginales, sino la de una nueva Constitución con novedades de relieve".
Sin embargo, los que esperan una revolución inmediata tendrán que esperar. Esta decisión debe ser madurada y estudiada para evitar precipitaciones. Todos en la jerarquía de la Iglesia saben que hace falta una reforma pero hay que atinar bien en cómo hacerla. Por ello, agregó el portavoz vaticano que "habrá que esperar un tiempo adecuado, después de este Consejo, pero la idea es ésa. Los purpurados han dejado claro que no se trata de hacer retoques cosméticos o pequeños ajustes de la Pastor Bonus".
Nada se sabe aún de los cambios concretos pero la presencia en el consejo de cardenales residenciales de todo el mundo sin cargos en la Curia puede ayudar a entrever por dónde irán los tiros. Una Iglesia que tenga más cerca a las iglesias locales de todo el mundo y en el que el Papa no quede aislado en el más alto escalafón.
Ante esto, Federico Lombardi ha expresado la opinión de este consejo, que pretende subrayar la naturaleza de servicio por parte de la Curia a la Iglesia universal y local "en términos de subsidiariedad, más que de ejercicio de poder centralizado. La dirección es actuar al servicio de la Iglesia en todas sus dimensiones".
Redefinir la Secretaría de Estado y nuevos cargos
Otro punto que están estudiando durante estas jornadas es la del papel de la Secretaría de Estado. Un cargo cuestionado por sus funciones y por su poder. De hecho, el cardenal Bertone, secretario de Estado saliente, ha sido una de las personas que más críticas ha recibido en estos últimos tiempos.
Los cardenales lo tienen claro: "Debe ser la Secretaría del Papa; la palabra Estado no debe dar lugar a equívocos. Ese organismo está al servicio del Papa en su gobierno de la Iglesia universal. Además, Lombardi añadió "que la reunión del Consejo es muy útil en este momento, en vista de las orientaciones que el Santo Padre dará al nuevo secretario de Estado que tomará posesión de su cargo dentro de muy poco, el 15 de octubre".
Igualmente, durante estas jornadas de trabajo han tratado otro de los asuntos tratados antes del Cónclave, las relaciones entre los distintos dicasterios y el Papa así como la coordinación entre ellos. Ya se habló de una figura coordinadora que ahora vuelve a coger fuerza, un Moderator Curiae, es decir, un moderador de la Curia. "Se ha tocado el tema, pero no se ha tomado todavía ninguna decisión; si la hay estará en la nueva constitución, pero, de hecho es una de las hipótesis propuestas por el Consejo".
Del mismo modo, el papel de los laicos en la Iglesia de hoy es otro asunto clave. Numerosos obispos han escrito sobre este asunto. "A la hora de tratar de la reforma de la Curia y de sus instituciones, se está pensando también en dar mayor atención específica a los temas relativos a los laicos, a que esta dimensión de la realidad de la Iglesia sea adecuada y eficazmente reconocida y seguida por el gobierno de la Iglesia", dijo Lombardi.
Con las reuniones de este jueves han concluido el primer consejo de cardenales. Sin embargo, este sólo ha sido el comienzo pues se han emplazado de nuevo del 3 al 5 de diciembre para seguir perfilando la reforma de la Curia. Además, el Papa Francisco ya dijo que se servirá de este consejo "asesor" para el gobierno de la Iglesia cuando lo estime oportuno cambiando o aumentando el número de cardenales.