En los últimos meses, Femen, grupo de protesta feminista, ha conseguido fama mundial a costa de sus espectaculares acciones. Su intento de trasladar sus reivindicaciones a Obama, para que el presidente las apoye en su lucha contra el gobierno tunecino, es sólo la última "hazaña" de este peculiar grupo.
Femen fue fundado en Kiev en el año 2008 y desde entonces lleva a sus espaldas un largo historial de escándalos. Se formó como una organización feminista que tenía por objetivo la lucha contra el turismo sexual en Ucrania y la trata de blancas. Muy pronto incluyó, además, el combate contra las instituciones religiosas y el fin de todo tipo de sexismo.
La finalidad política de las fundadoras era poner en marcha para el año 2012 un partido feminista y así presentarse a las elecciones presidenciales promoviendo una "revolución de mujeres" en Ucrania.
Su programa no es muy diferente de los de cualquier organización feminista radical. Sus reivindicaciones no son, por lo tanto, la causa de su éxito. Las Femen deben su fama a su particular manera de protestar.
El "sextremismo"
Las Femen se manifiestan desnudas de cintura para arriba y utilizan sus pechos para escribir sus mensajes reivindicativos. Este modo de protesta es conocido por las activistas como el sextremismo.
Anna Hutsol, fundadora del grupo, reconoce con orgullo que si no hubieran mostrado sus pechos jamás habrían obtenido un nivel de popularidad tan alto. Según afirma, el objetivo del grupo es escandalizar a los sectores conservadores para ser escuchadas.
Gracias a esta peculiar manera de protestar, se hicieron rápidamente conocidas dentro del movimiento feminista europeo y en abril de 2011 el grupo contaba con varias secciones en diversos países, como Italia, Polonia o Israel.
El movimiento gana fuerza
Pese a esto, tuvieron que esperar a 2012 para dar el salto a los grandes medios. Su primera acción con repercusión internacional se produjo durante la polémica que siguió al encarcelamiento del grupo de rock The Pussy Riots en Moscú.
El 17 de agosto Inna Shevchenko, una de las militantes más activas, tiró abajo, junto a dos compañeras, un crucifijo de más de 5 metros en Kiev. Esta actuación supuso un gran aumento de la presión policial sobre las Femen en su país de origen y provocó una gran conmoción, ya que el crucifijo era el principal monumento en recuerdo de las víctimas de la represión soviética en Ucrania durante los años 30.
Sus actuaciones en Ucrania se hicieron cada vez más complicadas, debido al fuerte rechazo social que sus últimas acciones violentas habían suscitado en el país. Curiosamente fueron estos actos los que consolidaron a las Femen como un grupo admirado por millares de feministas en Europa occidental.
Su traslado a Europa occidental
Por las dos razones anteriores, varias de las fundadoras se trasladaron a Europa occidental donde pudieron llevar a cabo sus actuaciones con más facilidad.
Femen consolidó por tanto su movimiento y triunfó con su particular manera de reivindicar. Dos de sus mayores 'proezas' fueron la irrupción en la misa del Ángelus en San Pedro a principios de este año y su intento de interrumpir una reunión entre Merkel y Putin.
Las militantes más activas encontraron un vergel en Europa occidental, pero fue más precisamente en Francia dónde Inna Shevchenko construyó su particular refugio.
En un año escaso en suelo francés han multiplicado las provocaciones. En muchas de ellas han contado con el apoyo de Ni putes ni soumises, organización feminista francesa con una base militante bastante amplia. Entre sus actuaciones más mediáticas está la "celebración" de la renuncia del papa Benedicto XVI, durante la cuál una decena de militantes se desnudaron delante del altar mayor de Notre Dame en París.
La fuerza del movimiento en Francia es patente, hace escasamente unas horas dos militantes Femen interrumpieron la visita del presidente François Hollande al salón aeronáutico de Le Bourget.
Las detenciones en Túnez y los inicios en España
En marzo de 2013, el grupo decidió abrir una nueva sección en Túnez lo que provocó reacciones contrarias en el gobierno islamista moderado. La ministra de Asuntos de la Mujer Sihem Badi consideró que la organización estaba "en contradicción con el Islam y las tradiciones tunecinas".
Las Femen tuvieron que hacer frente a importantes dificultades para poner en marcha su sección y sufrieron el acoso de las autoridades y de los grupos cercanos al islamismo.
De hecho, la principal líder en Túnez, Amina Tyler, fue recluida por su familia y maltratada psicológicamente por sus parientes. Tras conseguir escapar, fue encarcelada al ser sorprendida realizando una pintada en el muro de un cementerio. En los días posteriores tres Femen francesas, que habían acudido a Túnez para protestar por la detención de Tyler, también fueron detenidas. Las feministas serán procesadas por "ataque a las buenas costumbres".
Los problemas encontrados en Túnez provocaron numerosas reacciones en todo el mundo. Una de las personas que reaccionó fue Lara Alcázar quien formó, prácticamente ella sola, Femen España. La primera acción de las militantes españolas fue delante de la embajada tunecina para solicitar la excarcelación de sus compañeras.
Ideario y críticas
La religión, especialmente los monoteísmos, parecen haberse convertido en el principal objeto de crítica de Femen. En declaraciones a Euronews, Shevchenko ha afirmado que su movimiento debe ser ateo y necesariamente antirreligioso ya que, en su opinión, la religión es la principal fuente de opresión patriarcal.
En la misma línea se sitúa Lara Álcazar, líder española del movimiento, que además considera en su blog que Femen permite reactivar un feminismo que se ha vuelto demasiado institucional y académico. Mucha gente parece estar de acuerdo, pues su página oficial en Facebook cuenta con 130.000 seguidores.
Por otro lado también han sido duramente criticadas. Muchos consideran que su discurso anticlerical es excesivo y que el radicalismo de las Femen puede provocar un empeoramiento en la percepción social del feminismo.
Sociólogos y feministas, como por ejemplo Lydia Guirous, afirman además que las Femen caen en exceso en la misandria u odio sistemático de lo masculino y que su discurso no suma en la lucha por la igualdad.
Las Femen son por tanto un movimiento controvertido y criticado por su radicalismo dentro del propio feminismo. Sin embargo, gracias a su particular forma de protesta y al decidido militantismo de sus afiliadas, han conseguido hacerse un hueco en las portadas de medio mundo.