Las Damas de Blanco recibieron este martes en Bruselas, con ocho años de retraso, el premio Sajarov a la libertad de conciencia entre aplausos del Europarlamento y llamando a no leer los "cambios cosméticos" en la isla, a los que atribuyeron el hecho de haber podido viajar a Europa, como una señal de que "las cosas están cambiando". Para las disidentes, la única solución para su país sigue siendo "una Cuba sin los Castro".
Casi ocho años han tardado las Damas de Blanco en hacer el viaje desde La Habana hasta Bruselas para recoger su premio Sajarov a los derechos humanos, pero este martes, con permiso por fin para abandonar la isla, las activistas por la libertad en Cuba recibieron el aplauso de un Parlamento Europeo rendido a su "lucha pacífica" por la democracia.
En medio de aplausos de todos los grupos, loas y un ambiente festivo, aunque sin la solemnidad del hemiciclo, donde suelen entregarse estos galardones, la voz de las Damas de Blanco tronó con fuerza para denunciar la represión del régimen de los Castro. Aun "golpeadas, insultadas y vejadas" por un Gobierno represor, como reconoció la propia Laura, hija de la fundadora del colectivo Laura Pollán, las mujeres se negaron a asumir el papel de víctimas.
Lejos de una Cuba democrática
Pese al optimismo reinante, y a los gritos de "Cuba libre" entonados con acento alemán, Berta Soler le puso voz a las Damas para reconocer que "queda mucho" para alcanzar la "Cuba gobernada por la democracia y la tolerancia que inspira a la Unión Europea".
Aun sin reconocerle apertura alguna al régimen "represor" de los Castro, las damas hablaron ante los eurodiputados de una "época especial", de una "primavera", y desde la certeza "sin miedos" de que "Cuba será libre y democrática" algún día. Por parte del presidente de la Eurocámara, Martin Schultz, recibieron el consuelo de que "no hay dictadura en el mundo que pueda detener la democracia".
En su primer viaje fuera de la isla, o en sus propias palabras, "al mundo donde hay libertades y democracia", las Damas de Blanco destacaron que en Europa "nadie te manda callar". Por ello, aprovecharon para pedirle a las autoridades europeas que "no se dejen engañar por los cambios cosméticos" y que cuando viajen a la isla, "además de conversar con el Gobierno, conversen con la oposición". "¡Cuidado con la cooperación con los Castro!", alertaron en alusión a un posible cambio en la posición común de Cuba y la Unión Europea.
Además, ilustraron ante la prensa lo que significa la falta de libertad con un ejemplo: "Todas las proteínas que tomamos al mes son pollo o cerdo una vez, y sólo una libra (450 gramos) por persona".
Un premio disputado
Aunque la de este martes era una ocasión festiva y las Damas de Blanco recibieron el premio entre lágrimas de emoción y palabras de agradecimiento, en su día, la designación de las disidentes como premio Sajarov a la libertad de conciencia del año 2005 no estuvo exenta de polémica.
Como en todas las ocasiones en que el grupo popular se ha propuesto premiar la labor opositora de grupos anti castristas –también recibieron el Sajarov Oswaldo Payá en 2002 y Guillermo Fariñas en 2010-, en 2005, la decisión topó, según recuerdan todavía fuentes parlamentarias, con las reticencias del grupo socialista. La delegación española, entonces todavía capitaneada por Rosa Díez, se opuso a que las Damas de Blanco compartieran el galardón con Reporteros Sin Fronteras, como finalmente ocurrió.