La elección del cardenal Jorge Bergoglio como el Santo Pontífice de la Iglesia católica, con el nombre de Francisco, está trayendo a la actualidad los libros escritos en los últimos años sobre el que ha sido hasta hace unos días figura principal de los católicos en Argentina. Son libros donde muestra su lado más humano.
Un ejemplo de ello es "Sobre el cielo y la tierra", una suerte de declaración de principios que fue publicada en el país sudamericano en 2010, según recoge Efe, y donde describe su "última tentación" mientras conversa con el rabino Abraham Skorka, rector del Seminario Rabínico Latinoamericano.
"Cuando era seminarista me deslumbró una piba que conocí en el casamiento de un tío. Me sorprendió su belleza, su luz intelectual... y, bueno, anduve boleado un buen tiempo y me daba vueltas la cabeza", recuerda. Tras una semana en la que ni siquiera pudo rezar porque "cuando me disponía a hacerlo aparecía la chica en mi cabeza (...) tuve que pensar la opción otra vez. Volví a elegir –o a dejarme elegir– el camino religioso. Sería anormal que no pasara este tipo de cosas", decía el ahora Papa.
El relato de su experiencia juvenil da paso a sus reflexiones sobre el celibato en la Iglesia católica occidental, una "cuestión de disciplina, no de fe" que "se puede cambiar", continuaba el entonces arzobispo de Buenos Aires, tras subrayar que "en lo personal, a mi nunca se me cruzó por la cabeza casarme". Para Bergoglio, el celibato no tiene relación alguna con los casos de pedofilia denunciados en la Iglesia, un asunto en el que "jamás voy a hacer la vista gorda. No se puede estar en una posición de poder y destruirle la vida a otra persona".
Considerado un hombre dialogante y moderado, volcado en la lucha contra la pobreza y en el respaldo a la labor pastoral en las villas marginales, Jorge Bergoglio es también conocido en Argentina por su defensa de posturas conservadoras en temas como el matrimonio homosexual o el aborto, por los que se enfrentó con el Gobierno de Cristina Fernández Kirchner.
El matrimonio entre personas del mismo sexo, afirma en el libro, constituye un "retroceso antropológico" dado que "sería debilitar una institución milenaria que se forjó de acuerdo a la naturaleza y la antropología". Si una pareja homosexual adopta "podría haber chicos afectados. Toda persona necesita un padre masculino y una madre femenina que ayuden a plasmar su identidad", opina. "El derecho a la vida es el primero de los derechos humanos. Abortar es matar a quien no puede defenderse", zanja sobre el aborto.
Otros de los libros que hablan sobre la personalidad del nuevo Papa es "El papa Francisco", una obra que sacará a la luz el próximo mes de marzo la editorial Ediciones B y que no es otra cosa que la reedición del libro "El jesuita. Conversaciones con el cardenal Jorge Bergoglio", que fue publicado en Argentina hace tres años. El suplemento Crónica de El Mundo publica algunos extractos este domingo.
"Tuve una novia. Salíamos a bailar con el grupo de amigos", dice el cardenal en la obra, en la que descubre que la relación sentimental entre ambos "finalizó al descubrir mi vocación religiosa".
Bergoglio cuenta que en su juventud practicaba el baloncesto pero era un grandísimo aficionado al fútbol, al que acudían los fines de semana toda la familia para animar a San Lorenzo de Almagro. Recuerda emocionado la campaña que hizo su equipo en 1946 y comenta que en aquella época el fútbol y sus aficionados eran muy distintos a lo que es hoy en día.
Se muestra muy contundente con los que más han ensuciado la imagen de la Iglesia. "Si hay un cura pedófilo es porque lleva la perversión antes de ordenarse". "El 70 por ciento de los casos de pedofilia se produce en el entorno familiar o vecinal. O sea, son perversiones de tipo psicológico previas a una opción celibataria. El celibato no cura esa perversión", añade.
También se defiende contra aquellos que le han acusado de ser tibio con la dictadura argentina de Videla o de no haber ayudado a los que eran perseguidos por la misma. "En la dictadura, escondí a jesuitas. También saqué del país a un joven que era bastante parecido a mí con mi célula de identidad, vestido de sacerdote, con el clergiman y, de esa forma, pudo salvar la vida", se defiende.