Ya hay fecha para el Cónclave. Durante la octava Congregación General con los 115 electores presentes, los cardenales han votado la fecha en la que comenzarán los escrutinios para elegir el que será el sucesor de Benedicto XVI. Dará comienzo el próximo 12 de marzo, concretamente tras doce días de Sede Vacante.
Finalmente, los cardenales se han acogido al 'Motu Proprio' hecho público por Benedicto XVI en el que permitía al Colegio Cardenalicio adelantar el comienzo del cónclave –que, según la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, debe celebrarse entre 15 y 20 días después de la muerte del Pontífice o de que la sede quede vacante.
El martes por la mañana se celebrará en la basílica de San Pedro la Santa Misa "Pro eligendo Romano Pontífice" que presidirá el decano del Colegio de Cardenales, Angelo Sodano. Curiosamente, en 2005 fue el propio Ratzinger fue el que presidió esta Eucaristía. Sin embargo, en este caso Sodano será el encargado de llevar a cabo este simbólico acto pero no podrá participar en el Cónclave por ser mayor de 80 años.
Cómo será el proceso de elección
Esa misma tarde los cardenales irán en procesión camino a la Capilla Sixtina entonando el Veni Creator, pidiendo el Espíritu Santo para que les ayude en la elección del Papa.
Según el protocolo previsto todos los cardenales presentes entrarán a la Capilla Sixtina. Una vez dentro, el decano, el cardenal Sodano, leerá la fórmula del juramento y posteriormente cada elector dirá su nombre y sobre los Evangelios deberá decir: "prometo, me obligo y juro".
Posteriormente, siguiendo la constitución apostólica se verán obligados a "observar" la máxima fidelidad" al secreto relacionado con el nombramiento del Papa y en el que se ha puesto especial énfasis en la fuga de información.
Tras esto, monseñor Guido Marini, maestro de celebraciones litúrgicas deberá pronunciar el "extra omnes" y con ello todos los no electores tendrán que abandonar la Capilla Sixtina. Los últimos en abandonar la sala serán el propio Marini.
A partir de ese momento comenzarán los escrutinios. El mismo martes habrá uno. Para poder ser elegido el candidato más votado deberá conseguir al menos dos tercios de los votos, que en este caso serían 78. Si no se produce ese día, el escrutinio seguirá la mañana siguiente con dos votaciones por la mañana y otras dos por la tarde. En esos casos la fumata sería negra.
Este hecho se produciría como máximo tres días consecutivos. Si en el tercero tampoco sale elegido el nuevo Papa, el proceso de elección se suspende por un día para realizar una pausa de oración y de libre coloquio entre los cardenales electores.
En este sentido, si tras cuatro series de escrutinios no se obtuviera resultado positivo, entonces, podrá procederse a la votación entre los dos cardenales más votados en el último escrutinio, pero no por mayoría sino que de nuevo se deberán alcanzar "al menos" dos tercios.
Finalmente, cuando sea elegido el nuevo Papa, el cardenal decano le pedirá su consentimiento y le preguntará cómo quiere ser llamado y el Maestro de Celebraciones Litúrgicas Pontificias levantará acta. Los fieles presentes en la Plaza de San Pedro podrán ver la fumata blanca y, poco después el cardenal protodiácono, Jean Luis Taurán, pronunciará el esperado Habemus Papam', a no ser que el elegido sea él.
Representación de los cinco continentes
En la Capilla Sixtina habrá 115 cardenales que representarán a la Iglesia universal. Hasta 51 nacionalidades estarán presentes en el Cónclave. Desglosando las cifras por continentes, habrá 60 cardenales europeos; 14 de América del Norte, 19 de América Latina; 11 de África; 10 de Asia; 1 de Oceanía. Por países, el más representado sin duda será Italia, con 28 electores. Le sigue muy de lejos Estados Unidos, con 11. Con 6 aparece Alemania y con cinco están España, Brasil y la India.
En el Cónclave participarán un total de cinco purpurados españoles, cuatro en activo y uno ya emérito. Votarán para la elección del próximo Papa el arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela; el arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach; Antonio Cañizares, prefecto emérito, pues se está en sede vacante, de la Congregación del Culto Divino; Santos Abril y Castelló, arcipreste de la basílica de Santa María la Mayor en Roma; y Carlos Amigo, arzobispo emérito de Sevilla.